7:15 || C.V.&TÚ

Capitulo 30.-

Llamé a la puerta, con el corazón latiendo rápido mientras esperaba a que alguien la abriera. Erick me había llamado para hablar, ya que no lo había visto a él o a Christopher por una semana y tuvimos un día más de vacaciones de invierno antes de empezar las clases de nuevo. Realmente esperaba que Christopher no estuviera aquí, porque tenía que hablar con Erick y de la forma en la que él sonaba por el teléfono, él también tenía algunas cosas que decirme.

Sólo había hablado con Christopher dos veces en la última semana, y las dos veces fueron conversaciones telefónicas que terminaron
demasiado pronto debido a que alguno de nosotros se siente frustrado y le cuelga al otro. Era simplemente difícil para mí tener una conversación con él cuando yo sabía algo que él no, y yo quería desesperadamente hablar con él acerca de lo que Zabdiel me dijo, pero no sabía cómo se suponía que debía hacerlo.

— ¡La puerta está abierta! – Alguien gritó desde el interior, y sólo me encogí de hombros y abrí la puerta por mí misma.

La casa estaba completamente a oscuras, excepto un pequeño chorro de luz proveniente de una ventana de la cocina, aparte de eso todo en la sala sólo se veía como grandes manchas negras, sombras que no podía entender exactamente.

— Uh, ¿hola? – Llamé. Alguien sentado en el sofá se estaba removiendo, y casi me dio un ataque al corazón antes de darme cuenta que se trataba de Erick.

— Hola, Liv. – Él dijo, dándome un pequeño hola con su mano. Sus acciones hicieron que pareciera como si estuviera entusiasmado, pero su voz realmente no emitía ese ambiente, sonaba aburrido.

— Jesús, ¿puedes encender una luz, por favor? – Pregunté, sentándome a su lado.

Erick suspiró y se inclinó hacia el lado del sofá, estirándose para encender una lámpara que estaba en una mesita al lado de él.

— ¿Esta mejor? – Preguntó sarcásticamente, tomando una calada de un cigarrillo.

— ¿Estás fumando? – Le pregunté. Le di una patada a mis zapatos y subí mis piernas sobre el sofá, metiéndolas por debajo de mi cuerpo, sintiéndome como en casa como siempre lo hago cuando estaba aquí.

— Sí, ¿tienes algún problema con eso? – Erick gimió.
Rodó los ojos antes de recoger una botella del suelo
«obviamente algún tipo de alcohol» y tomando un
sorbo grande.

— ¿Dónde está Christopher? – Le pregunté, dándome cuenta de que probablemente debería haber preguntado si estaba aquí antes, por si acaso, decidía salir de su habitación.

— Fuera. Ya sabes, fuera. –Erick dijo, como si yo debiera saber lo que eso significaba.

Me quedé mirando fijamente hacia él, no muy segura de lo que fuera significaba. Me sentí estúpida porque probablemente debería haberlo hecho, pero no había nada que viniera a mi mente.

Todavía estaba un poco confundida sobre todo esto, no tenía tiempo para volver atrás y pensar en todos los lugares posibles en los que Christopher
podría estar.

— Está en su tumba. – Erick dijo, llevando el cigarrillo a sus labios de nuevo. Sonaba tan amargo, incluso cuando estaba hablando de su propia hermana.

— Oh. – Asentí con la cabeza.

— Sabes que él todavía la ama. – Erick dijo, sonando casi como que se iba a reír. En lugar de reírse de él tosió, girando hacia un lado y cubriendo su boca.

— Erick... – Dije vacilante. Por mucho que yo amara a Christopher y entendiera su posición, no me gustó escuchar que aún amaba a su ex-novia. Quería que Christopher me amara, no a alguien que no tenía manera de amarlo de vuelta.