˚✩ Capítulo 3 ✩˚

182 22 8
                                    

‿‿‿๑❀๑‿‿‿

— Por favor, no pidas disculpas. Hace mucho tiempo que te estamos esperando— expresó la reina de manera suave.

—¡¿A mí?! — Yongbok realmente estaba a punto de desmayarse, no bastaba que un unicornio de pelaje morado haya abierto un pasadizo secreto en una cascada usando su cuerno como llave mágica y que luego dicho pasadizo lo guiara al prado más bello que nunca en su vida se había imaginado ver y menos que luego de un árbol sacara un bello diamante que llevo a que una señora muy bella se le haya acercado flotando y que todavía está viniera y le dijera que lo habían estado esperado por mucho tiempo.

—Antes que nada, déjame agradecerte por ayudar a Seungmin— dijo con una sonrisa amable la reina— y tú, sabes que no debes entrar al mundo de los humanos—dirigió un regaño al bonito unicornio— sabes que una criatura del bosque encantado podría...

— "Perder la vida", lo sé, reina Sunmi— Seungmin interrumpió con enfado.

—¿Qué voy a hacer contigo?

— Reina, yo solo quería ayudar y creí que en el pueblo encontraría algo que nos ayudara a luchar contra ese maldito viejo cerebro de pájaro— se defendió Lila.

La bella hada solo suspiro con cansancio, no tenía caso seguir discutiendo con Seungmin, el unicornio podría ser terco casi siempre y no aceptaría que se expuso imprudentemente al peligro del mundo de los humanos.

—¿Cómo te llamas querido? — Sunmi regresó su total atención al joven que se encontraba con ellos.

—Yongbok— respondió este de manera nerviosa, y no era para menos, como no estar nervioso y temer, cuando un hada, seres que jamás creyó que existieran, le estaba preguntando su nombre.

—Y bien, Yongbok ¿te imaginas qué es lo que tienes en tus manos? — le preguntó nuevamente la reina.

—Yo...yo, no sé. Estaba apunto de devolverlo a su lugar— respondió de manera apresurada pues temía que le hicieran algo por haber tomado algo que no debía.

—No, no. Ahora el cristal mágico te pertenece— interrumpió la reina.

—¡¿A él?! ¿Cómo va a salvarnos él? — replicó con enojo Seungmin.

—¡No! —Yongbok miro asustado al hada— Creo que me esta confundiendo con otra persona.

La reina lo miro con comprensión, sabía que toda esta situación debía ser demasiada para el pequeño humano. No quería abrumarlo más de lo que ya se encontraba. Así que con mucha cautela comenzó a contarle la razón del por qué había llegado hasta ahí y por qué ellos lo habían estado esperando por tanto tiempo.

Hace muchos años mi primo Jinyoung vivía en el bosque encantado con nosotros. Cuando nuestro tío el rey debió elegir a su sucesor, me eligió a mi y no a él. Jinyoung estaba furioso, huyó del bosque, para no volver.

Durante varios años todo estuvo bien, hasta que regresó y no lo hizo solo, trajo consigo a su hija, Minju. Convertido en un maestro de las artes ocultas, comenzó a apoderarse del bosque, parte por parte.

Hice todo lo posible por obligarlo a irse, pero su magia era abrumadora. Muchas de mis hadas y duendes más valientes se unieron a mí lucha e intentaron detenerlo, trágicamente no pudimos vencerlo. Los transformó en animales y los obligo a construir su nuevo palacio, proclamándose el nuevo rey.

A cada ser mágico que toma como prisionero les absorbe su magia, haciéndose cada vez más poderoso.

Pero ahora que tú has llegado...

—No entiendo...— Yongbok interrumpió más confundido que al principio.

La reina sonrió con calma y solo continúo explicándole, tratando de hacerlo de una forma que no confundiera más al humano— Dice la profecía "que aquel humano que liberé el cristal mágico será el único capaz de vencer a Jinyoung y romper la maldición, salvando así al bosque y de esta manera regresará a lo que siempre debió ser, un lugar seguro y lleno de paz y armonía"

Yongbok solo escuchó como la reina Sunmi terminaba de relatarle lo que la dichosa profecía dice y sencillamente no cabía del asombro que le causó que la hada concluyera que hablaba de él.

—¿Y cómo sabe que se yo soy aquel humano del que la profecía habla?

—Ningún otro humano que haya pasado por aquí había sido capaz de retirar el cristal del árbol, Yongbok. No hasta hoy— respondió con seguridad el hada.

—¡Eres tú! ¡Tú eres nuestro salvador! — exclamó el puercoespín, quien se le había olvidado a Yongbok que también se encontraba ahí. — ¡Deme un abrazo!

—¡La púas, Changbin, las púas! — regaño el zorrillito al puercoespín, que resultó llamarse Changbin.

— ¡Oh! tienes razón, Hyunjin. Está bien, sin abrazos— Changbin cedió la razón al zorrillito.

—Bien, a mi no me parece gran cosa, pero quizás sí sea...— Seungmin fingió desinterés.

—¡Esperen, por favor! — intervino apresuradamente Yongbok— creo que se equivocaron de humano, yo no soy un héroe, jamás he vencido a nadie en mi vida. Me gustaría poder ayudar...

—¡Lo sabía! — Seungmin exclamo enojado.

—Seungmin, por favor— la reina regaño— No podemos obligarlo, los peligros son enormes.

—De verdad, lo siento mucho— Yongbok le entregó el cristal a la reina— tengo que irme, mi familia debe estar buscándome.

Ante de que comenzará a andar en dirección del camino por donde había llegado, dudando de si ahí estaría la salida, la reina habló— Te entiendo, Yongbok. Seungmin te mostrará la salida.

Seungmin miro molesto a Sunmi, pero no objetó nada.

—Adiós, y nuevamente, lo siento— se despidió Yongbok.

—¡Todo termino¡ ¡Murió! ¡Acabo! ¡Se perdió! ¡Jamás nos libraremos de la maldición! — Hyunjin exclamó de manera dramática mientras veía como su única esperanza se iba— Uhhh, me está dando una migraña.

Antes de ir con el humano, Seungmin se acercó a la reina.

—Realmente usted cree que él tiene algo especial ¿no es cierto?

La reina solo asintió.

—Está bien, veré que puedo hacer para convencerlo.

En lo alto de un árbol, posados en una rama, nadie se percató que se encontraban siendo espectadores de todo lo sucedido un par de zopilotes negros.

Espías de Jinyoung.

. . . . . .‿‿‿๑❀๑‿‿‿ . . . . . .

Felix y el lago de los cisnes ✲ᴍɪɴʟɪxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora