˚✩ Capítulo 6 ✩˚

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En la biblioteca real se encontraba un muy concentrado príncipe leyendo un libro más; de los muchos que tanto le encantaban, de aventuras y viajes extraordinarios. Cuando leía aquellos relatos llenos de magia, perdía completamente el tiempo, pues se sumergía tanto que no veía las horas pasar. Y hubiera seguido así por mucho rato más de no ser por el repentino estruendo que se halló afuera de las puertas de la biblioteca.

Al salir del lugar, lo primero que Minho vio fua a su mensajero en el suelo con una gran caja cerca de el —¿Qué sucedió?

—Nada su alteza, un pequeño resbalón— el mensajero contestó muy nervioso.

—¿Qué es esa caja? — pregunto confundido el príncipe— ¡Oh! ¿Es mi paquete?

—¡No, no, no! No es nada de eso en absoluto su alteza. Solo son unas cosas inservibles. Sí, eso. Cosas aburridas que estoy llevando a la bodega. Me lo llevaré de aquí.

Minho simplemente rodó sus ojos con fastidio ante tan torpe excusa que le estaba dando el mayor. Estaba seguro que ese era su paquete y estaba aún más seguro que su madre dió la orden de que se deshicieran de el antes de que él lo viera. Pues lo que había estado esperando era su tan ansiado globo terráqueo, un invento sin duda, maravilloso. Sabía que a su madre siempre le molesto que le interesara el mundo exterior, viajar, conocer. Su espíritu aventurero frustraba los planes que ella tenía para él, los cuales no eran más que casarlo con alguna presuntuosa princesa, unir los reinos y tener nietos. Una vida que él no quería.

—Por qué no llevas esas cosas tan aburridas a la biblioteca. Venga vamos, te ayudo— ofreció sin dejar una salida al hombre frente a él. El mensajero sabía que no podía desobedecer una orden de la reina, pero tampoco desafiar al príncipe. Al pobre hombre no le quedo más que ceder a la petición del príncipe.

Una vez que dejaron la gran caja en el suelo de la biblioteca, Minho no demoró en comenzar a abrirla y darse cuenta que sí, ese era su paquete.

—¡Tanto mundo sin explorar! — exclamo Minho maravillado de ver al mundo entero condensado en ese pequeño y brillante invento.

—Bueno, príncipe. No nos preocupemos por lo que hay allá, solo hay peligro en todos los rincones. Mejor concentrémonos aquí, que tenemos mucho que hacer. La reina me mando a decirle que debe escoger a una de las princesas que confirmaron su asistencia al baile.

—Yo creo que el exterior esta lleno de maravillas y aventuras— Minho continuó apreciando aquel globo terráqueo.

—Menos mal que su aventura más peligrosa es encontrar una princesa en el baile real, una que se convierta en su esposa.

—Esta claro que mi madre te mando a decir esto, así como te mando a deshacerte de mí paquete ¿No es así? — el mensajero no hizo más que agachar su cabeza al ser descubierto, El príncipe solo lo miro y continuó— Y nunca se sabe, tal vez haya algo asombroso por descubrir allá afuera.

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La noche ya había caído. Yongbok y Seungmin aún se encontraban caminando dentro del espeso bosque.

—Exactamente ¿Qué tan terrible es ese duende? — Yongbok preguntó con temor a Seungmin.

—Ugh. La palabra "terrible" no llega a describirlo. Ese duende tiene ojos vidriosos, un cuerpo enorme y lo peor de todo, come carne humana— Seungmin le respondió con voz de terror. Aunque por dentro estuviera aguantándose las ganas de reírse de la cara que había puesto el humano.

—¡¿Qué?! — Yongbok exclamo con miedo. Se estaba arrepintiendo de su imprudente ataque de valentía que lo había puesto en esta situación. No entendía que le había pasado por la cabeza en esos momentos, Él no era así. Él no era valiente.

—Tranquilo, es solo un rumor. Nadie ha vivido para confirmarlo— Seungmin siguió asustándolo.

Después de unos cuantos pasos más, vieron delante suyo las puertas de la bóveda donde se suponía se encontraba el libro y el guardián de esta.

—Bien, ya llegamos ¿Tienes la hoja? — Seungmin se miró a Yongbok.

Yongbok no dijo nada y solo saco de la bolsa de su pantalón la hoja que le había entregado la reina Sunmi. Su intuición, que por cierto hoy no estaba de su parte, le dijo que acercara la hoja al rayo de luz que emitían las puertas del lugar y que se encontraba a centímetros de ellos. Y vaya, su intuición y él estaban de acuerdo nuevamente, pues las puertas se abrieron lentamente.

Seungmin fue el primero en dar un paso al frente. Volvió hacia él al ver que no se movía. Ni pensaba hacerlo

—Vamos. Oye, eres más valiente de lo que piensas— Seungmin lo alentó con un tono de suave y lleno de compresión. Estaba comenzando a encariñarse con el humano.

—Al menos uno de nosotros lo cree— Yongbiok respondió y con temor camino hacia la entrada.

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Un Chan preocupado y muy asustado se encontraba sentado frente a la chimenea de su casa. Esperando que su hermanito volviera a casa o en su defecto que su padre lo haya encontrado en su búsqueda y estuvieran ya de regreso.

—¡¿Lo encontraste?! — preguntó de inmediato al ver que su padre entraba a su hogar.

—¿No ha regresado? — su padre le devolvió la pregunta con la misma angustia que fue recibido— No la encontré ¿Cómo no lo vi? ¡Tiene que estar en alguna parte! —Por cada minuto que pasaban sin saber de Yongbok, Dongwook se desesperaba cada vez más. ¿Dónde podría estar su pequeño niño? Él sabía que Yongbok no se iría por cuenta propia. Estaba seguro que algo le había pasado y eso lo tenía muy asustado.

Chan vio como su padre tenía las intenciones de salir nuevamente en búsqueda de su hermano— Papá, esta vez iré contigo.

Deseaba que Yongbok se encontrará bien. Que solo se haya distraído bailando en algún lugar, como solía hacerlo. De verdad esperaba eso. No quería ni imaginarse a su hermanito herido o en peligro.

¿Bokkie, dónde estás?

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Felix y el lago de los cisnes ✲ᴍɪɴʟɪxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora