Felix y el lago de los cisnes ✲ᴍɪɴʟɪx

˚✩ Capítulo 13 ✩˚

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—Gracias, su alteza. Nos ha sido de mucha ayuda— Jinyoung dijo victorioso. Con ayuda de su magia hizo que el collar que Minju llevaba puesto se iluminará y con ello sus verdaderas apariencias se revelarán.

Todos exclamaron asustados al ver el uso de magia oscura en el palacio.

—¡JINYOUNG! — Minho grito furioso. No entendía como pudo ser tan estúpido y dejarse engañar por el hechicero.

—¿Qué día nos casaremos, principito? — Minju dijo acompañado de una risa llena de total burla.

—¡¿Dónde está Yongbok?! —El no saber que había ocurrido con Yongbok, tenía a Minho con el corazón a mil por hora.

—¡Qué importa! ¡Ya le has declarado tu amor a mi hija!

Padre e hija se tomaron su forma animal.

—¡SU MAJESTAD! — uno de los guardias ahí presente le lanzó a Minho una espada de acero.

—ADIOS, MI AMOR—Minju gritó. Salieron por la puerta principal del palacio y emprendieron su vuelo.

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Yongbok se encontraba en su forma humana, inconsciente sobre el pasto del jardín real.

—¡Que hermoso cuadro! — exclamó con felicidad Jinyoung una vez descendió cerca del joven— Veamos qué tan valiente eres sin el cristal— arrebato la tiara de Yongbok.

—¡Papá! ¿No te estas olvidando DE ALGO? — Minju le preguntó con obviedad.

—Toda tuya, mi gorrioncito— Jinyoung sabía que su hija se refería a la tiara— Tal como lo prometí.

—SIIIII— Minju chilló con alegría— ¿ME QUEDA PRECIOSA CIERTO?

El hechicero regresó su atención a Yongbok —Una tonta leyenda. Creías ingenuamente que tú me derrotarías.

Minju estaba apreciando la tiara recién otorgada, cuando por el reflejo de aquella pudo ver como por uno de los costados del castillo se aproximaba el príncipe— ¿QUÉ? ¡PAPÁ!

Jinyoung se asustó ante el grito de su hija. Volteó inmediatamente, sorprendiéndose al ver al príncipe justo frente a ellos. Salió rápido de su estupor— ¡¿Vienes a discutir los preparativos de la boda, muchacho?!

Minho se lanzó sobre él con intenciones de atacarlo con su espada. Espada que con su magia deshizo sin ningún esfuerzo— Creo que te toca a ti.

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En un carruaje impulsado por Seungmin, llegaban a toda prisa la reina Sunmi, Hyunjin y Changbin.

—¡Hemos llegado tarde! — Changbin dijo inundado por la tristeza al ver a lo lejos el apagado cuerpo de Yongbok sobre aquellos pastizales.

—¡NO! —Hyunjin ya se encontraba llorando.

—Es todo por mi culpa— Seungmin no podía dejar de pensar que, si hubiera acompañado a Yongbok, nada le habría pasado. Él debió protegerlo.

—Esperen, no— con la poca magia que le quedaba la reina pudo percibir vitalidad proveniente de Yongbok— ¡Aún está vivo! — la reina sintió una pequeña esperanza embargar su cuerpo, pues vio que del cuerpo del joven emanaron unas tenues lucecitas que se movieron rápido y sin que el príncipe lo notara, se envolvieron a su alrededor.

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—¿Y bien? ¿A qué le temes? — Minho retaba al hechicero— Ven a buscarme. Estoy aquí— Su objetivo era alejar a Jinyoung del cuerpo de Yongbok. Estaba comenzando a correr lejos de ahí cuando Jinyoung le lanzó uno de sus ataques escarlatas, trato de esquivarlo, pero el tiempo no le dio. Así que solo cerro sus ojos y espero el impacto. Al no sentir nada, los abrió nuevamente y vio como el ataque había rebotado y ahora se dirigía hacia Minju. Al impactar en ella, solo se vieron destellos escarlatas y negros que una vez se dispersaron, dejaron ver a una Minju transformada en cerdo.

—¡MI ESTRELLITA! — exclamó histérico Jinyoung. No se explicaba porque su hechizo no le había afectado a Minho. No tenía sentido alguno. No había magia alguna protegiéndolo— Mi pequeño gorrión...

Ante la distracción del hechicero, con todo lo que le quedaba, la reina Sunmi envolvió el cuerpo de Yongbok y lo atrajo hacia el carruaje donde se encontraban.

—Vamos, vamos. De prisa— Seungmin apresuraba a la reina, tenían que irse lo antes posible de ahí, antes de que se diera cuenta Jinyoung. Una vez tuvieron a Yongbok en el carruaje, iniciaron su huida.

—¡EL CHICO! — Jinyoung exclamó al darse cuenta que el cuerpo de Yongbok ya no se encontraba ahí.

—¡PAPÁ! ¿A DÓNDE VAS? — Minju chillaba— TIENES QUE REGRESARME A LA NORMALIDAD. ¡PAPI! ¡PAPI, ESPERA!

Jinyoung importándole poco los gritos de su hija, tomo su forma animal y se dirigió rumbo al bosque en busca de la reina, pues sabía que ella era la responsable de haberse llevado al cisne de ahí.

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Ya dentro del espeso bosque, todos ellos se permitieron tomar un pequeño respiro.

Seungmin mantenía su atención en el camino tratando de no disminuir su velocidad— ¿Él se encuentra bien? — se atrevió a mirar a sus espaldas un momento. Su pregunta se vio interrumpido por el horrible graznido de Jinyoung. El hechicero ya los había encontrado.

La reina entonces vio revolotear alrededor del carruaje las mismas luces que habían protegido al príncipe. Yongbok los estaba protegiendo. Sintieron como el carruaje comenzaba a flotar y aumentaba la velocidad, moviéndose por si solo en camino al prado detrás de la cascada. Una vez tuvieron las cascadas enfrente, Seungmin hizo brillar su cuerno para así abrirse paso a través de estas. Lastimosamente, Jinyoung alcanzo a entrar justo antes de que las rocas se cerraran nuevamente.

Los ojos de Jinyoung se tornaron rojos. Cada vez se hacia más poderoso. Los arboles del bosque empezaron a caer uno a uno, todo por obra del hechicero. Uno logró chocar y derribar al carruaje. Todos se encontraban aturdidos por la repentina caída, que no tuvieron tiempo de escapar.

Jinyoung aterrizó frente a ellos y volvió a su forma humana— Mucho mejor. Ahora, entréguenme al chico.

—¡No lo creo, cerebro de pájaro! — Seungmin se coloco delante de los demás— Sobre mi cadáver.

—Changbin y Hyunjin se apresuraron a colocarse a su lado— ¡Sí! Sobre nuestros cadáveres.

—¡Que lindo! ¡Los tres mosqueteros! — Jinyoung reía a carcajadas. Se estaba burlando de ellos.

—¡Deja al chico! ¡Tu batalla es conmigo! — Intervino la reina.

—Tienes toda la razón, prima— Dijo Jinyoung. Sabiendo que la reina no podía defenderse, le lanzó un ataque que convirtió a la gran reina de las hadas en un pequeño ratoncito.

—¡Su alteza! — Hyunjin rápidamente la tomo en sus manos.

—¡Oh, no! — Seungmin exclamó. Ver a su reina en tal estado solo hizo que su ira aumentará. Precipitándose a lanzarse contra Jinyoung.

Ver la valentía de su amigo, motivo a Changbin y a Hyunjin a también atacarlo. Los ataques de los tres fácilmente fueron esquivados por el hechicero.

—¿Eso es lo mejor que pueden hacer? — Jinyoung alzo sus manos, dispuesto a acabar con ellos de una vez por todas— ¡SON UNOS ESTORBOS!

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