My Wild Love © ᵛᵏᵒᵒᵏ [En proceso]

Capítulo 01

Cap. 01 ✔

[La Travesía]

"Año 374 de Invernalia"

Actualidad

Jeon Jungkook tercer príncipe de Invernalia. Desde pequeño fue estrictamente entrenado para asumir el trono, pero todo cambio en su decimosexto cumpleaños.

Cada persona a esta edad culmina su etapa de niñez y pasa a la adolescencia, y se presenta el despertar. Dependiendo de cada huésped, este será Alfa, Beta u Omega. Sin importar sea hombre o mujer.

Los Alfas están en la cima de la pirámide, son fuertes, rápidos y algo agresivos cuando se sienten amenazados. Su porte dominante lo hace el más fuerte entre las castas.

Los Betas están por debajo de los Alfas y por encima de los Omegas. Son en cuanto a físico muy parecidos a los Alfas, pero no cuentan con la dominancia de ellos. Por lo que los vuelve vulnerables.

Y por último y no menos importante están los Omegas. Los últimos en la pirámide de castas y la minoría de la población. Son todo lo opuesto a los Alfas, débiles, lentos y ridículamente vulnerables ante la dominación de un Alfa.

A estas alturas ya sabrán lo que sucedió, ¿no?

Jeon Jungkook despertó como omega, convirtiéndose en la más grande decepción de su reino.

A lo largo de los años el joven omega logró sobrellevar las burlas y desprecios hacia su persona.

Creció para convertirse en un hermoso y delicado joven de 20 años, a la vez de aguerrido y decidido, ya que esos 16 años de entrenamiento no iban a ser desperdiciados. Con sueños que cumplir y uno de esos estaba a punto de a hacerse realidad.

—¿Jimin, esta información es 100% verídica?

Dentro de tres días se estaba preparando una expedición de investigación que partiría rumbo a las islas encantadas, al sur de Solaris. ¿Razón?: era confidencial, pero al tercer príncipe no le importaba. Ese lugar era el origen de la flor de su nacimiento, esa que le salvó la vida. La flor del tigre.

—Si lo es, alteza.

—¡¿Jimin!? —ya era como la quinto vigésima vez que lo regañaba por no llamarlo por su nombre cuando estaban a solas, pues ambos omegas se conocían desde pequeños.

Era algo así como su mejor amigo, aparte de ser su mayordomo personal.

—Me disculpo, alte~z, ¡¿eh?!, ¡Jungkook! —trato de sonreír para no ser nuevamente regañado, pero para Jeon ya era un caso perdido.

—Gracias por informármelo —le sonrió en agradecimiento—. Iré a discutirlo con el rey, prepara mis maletas. Nos iremos en ese viaje.

No podía desperdiciar tal oportunidad.

—Como usted ordene.

Tras una leve reverencia se retira.

El joven príncipe estaba seguro de dos cosas: una, que no habría persona en este mundo que le impidiera ir en ese viaje y dos, que no sería fácil convencer a su padre. Pero el joven estaba más que decidido de ir, así que respiro muy hondo y pensando en sus futuras palabras salió de sus aposentos rumbo a encontrase con el rey.

La travesía a través de los extensos pasillos le hacía desesperar, con los nervios de punta. Ya frente a la puerta de unos de los despachos, el que su padre más frecuentaba, se detuvo a pensar en cómo convencería al hombre del otro lado.