Capítulo 5

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Les llevó doce minutos insoportablemente largos llegar a la sede. Una vez allí, se detuvieron en uno de los muelles de carga posteriores, en lugar de usar las puertas delanteras. Timoteo no sólo quería respetar el deseo de Lucas de mantener la presencia de Yunhyuk en secreto, sino que no deseaba anunciar la llegada de dos Cuervos.

Timoteo llevó a Yunhyuk al interior. Aunque podía haber esperado a una camilla, se resistía a abandonar al águila, además de que así irían un poco más rápido. Una vez que entró al edificio, Timoteo sintió la tranquilidad de encontrar al Doc Wu esperándolo.

Un nativo americano, de mayor edad, el doctor era generalmente estoico, y casi aburrido. Simplemente miró a Yunhyuk antes de gruñir: —Hay una ducha en la cárcel. Os quiero a los dos en ella ahora.

—¿Una ducha? —se hizo eco Timoteo.

—Sí.

—¿Los dos?

—Sí. ¿Eres un lobo o un loro repetidor? Ahora mete tu peludo culo en la ducha. Tenemos que lavar el producto químico de la ropa y el cuerpo del águila, y dado que lo has sostenido, vas con él. —El doctor le dio una sonrisa sarcástica—. Te necesitamos para quitarle la ropa y que la pongas en una bolsa. Lo has estado tocando mucho, podría haberte intoxicado a ti, así que estoy partiendo de la base de que ambos estáis contaminados. Ahora date prisa, para que pueda empezar el tratamiento de este pobre chico.

Incluso si Timoteo hubiera querido seguir discutiendo, la elección le fue arrebatada cuando dos médicos aparecieron y de manera menos suave, llevaron a Timoteo a la ducha. Se dio cuenta que todo el personal médico llevaba batas desechables amarillas que cubrían sus batas normales. Casi pensó que era una exageración hasta que miró la cara demasiado pálida de Yunhyuk.

A un lado, otro grupo de médicos trabajó en Victoria y Mark, lavándolos también. Los Cuervos no ofrecieron ninguna palabra de protesta, simplemente lo tomaron con estoicismo. Timoteo notó que Jin había hecho que sólo personal femenino trabajara con Victoria, y estaba agradecido por ello.

Timoteo les permitió tomar su ropa y la de Yunhyuk, pero los dejaron su ropa interior. No quería desfilar con todos sus atributos fuera, ni tampoco que nadie viera los de Yunhyuk

Timoteo sabía que su pensamiento no era racional, ya que nadie tenía interés en alguien tan enfermo como Yunhyuk, pero no podía evitarlo. Sólo el pensamiento de que cualquier otro hombre mirara el dulce cuerpo del águila, hacía que Timoteo quisiera atacar.

Puso a Yunhyuk de pie, contra su pecho, mientras los médicos se movían, lavándolos a los dos. A pesar de que la máscara de oxígeno estaba todavía atada en su lugar, el color de Yunhyuk no había mejorado mucho.

Los ojos de Yunhyuk se abrieron lentamente. Cuando se ampliaron con pánico, Timoteo hizo suaves sonidos para tranquilizarlo. —Está bien, te están ayudando.

—¿Qué me está pasando? —preguntó Yunhyuk, su voz apagada por la máscara.

—Es el spray que has estado usando. Te estaba envenenando.

—Dios, soy un estúpido.

Timoteo utilizó una mano para retirar el pelo mojado de Yunhyuk de su cara. —No, no lo eres. Simplemente no conoces nada mejor.

Timoteo empezó a sentir una pequeña pizca de esperanza, ya que parecía que Yunhyuk tenía menos problemas para hablar, muchos menos que cuando estaban en el hotel.

—Yo no quería que mi olor pusiera a Victoria o Mark en peligro.

—¿Son tus amigos?

Los celos se estrellaron contra Timoteo, que se preguntó si Yunhyuk y Mark eran más que amigos.

Serie de los CP 12 - La Locura de TimoteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora