Capítulo 6

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Tan pronto como terminó de hablar con Xiumin, Timoteo trasladó a Victoria a la sala de Mark y ordenó que llevaran allí un televisor y una colección de DVD de Yogui, mientras él se apresuró a ir a ver Yunhyuk. Habían convertido una de las salas de interrogatorios en una sala de emergencia improvisada. Cuando Timoteo entró y se encontró a Yunhyuk inconsciente y conectado a un montón de máquinas, su corazón se sacudió.

—¿Qué pasó? Hablaba muy bien en la ducha.

Jin levantó la vista. —Tuvo una recaída de las peores. Sus pulmones se llenaron de líquido y le bajó la presión arterial. Tuvimos que intubarlo y ponerle otra IV.

—¿Cuánto tiempo lleva inconsciente? —Timoteo se acercó y acarició suavemente el cabello de Yunhyuk.

—Casi desde el momento en el que lo trajeron aquí.

—¿Va a recuperarse? —Timoteo se estremeció con el pensamiento de que Yunhyuk pudiera morir.

—Es necesario tenerlo controlado y esperar, pero el doctor piensa que va a salir adelante. No hay antídoto conocido para la ricina, pero Henry logró contenerlo. —Jin dejó salir un silbido de apreciación—. Ese tipo es un maldito genio. Tenemos mucha suerte de que trabaje de nuestro lado.

—¿Cuándo crees que despertará?

—Todavía no estamos seguros. El Doc sólo ha visto otro caso como este.

—Hablé con Mark, el cuervo macho. Según él, el lobo que los vendió esa mierda ni siquiera los avisó de lo que sucedería si se ponían demasiado.

Timoteo contempló a Yunhyuk. Aunque sus labios ya no estaban azules, su piel era tan pálida como la de Mark. Timoteo pasó un dedo a lo largo de la mejilla de Yunhyuk, su propio aliento ligeramente atorado en su garganta.

Maldita sea, si sólo hubiera llegado allí antes, tal vez entonces Yunhyuk no estaría tan enfermo.

—¿Siempre eres tan cercano a los callejeros que recoges?

—preguntó Jin mientras miraba hacia abajo al dedo de Timoteo, que seguía acariciando la cara de Yunhyuk.

Timoteo pensó en mentirle, pero sabía que Jin vería a través de él. Desde que se había unido a la coalición, Timoteo había vivido con la familia del jaguar, y Jin y él eran bastante cercanos.

—No, nunca me he sentido así por nadie. No sé qué tiene Yunhyuk, pero es como una astilla en la pata que no va a desaparecer.

—Puedo verlo.

Timoteo dejó escapar un gruñido suave por la frustración.

—Es una estupidez. Sólo he hablado con el mocoso un par de veces, así que no hay razón por la que deba sentir nada por él.

—Y sin embargo, no puedes sacarlo de tu mente. —Jin le dio una sonrisa de simpatía—. ¿Ayudaría si te dijera que ocurrió lo mismo con Logan y conmigo?

—En realidad, no. —Timoteo soltó un suspiro de frustración—. Mira, nosotros no somos como vosotros dos. Yunhyuk y yo no vamos a salir corriendo a inscribirnos en un registro de bodas o cualquier otra cosa.

—Hmm... —Jin le dio otra mirada apuntando a la manera en la que Timoteo continuaba acariciando a Yunhyuk—. Si ese es el caso, entonces, ¿por qué no te vas a casa y duermes un poco?

—No me iré hasta que despierte. —Timoteo automáticamente protestó. Tan pronto como se dio cuenta de lo que había dicho, apretó los labios, enojado, para contener una maldición.

—Sí, sigue diciéndote a ti mismo que no significa mucho para ti —atacó Jin antes de alejarse.

Timoteo debatió si correr tras él, pero luego se dio cuenta de que realmente no quería dejar solo a Yunhyuk. En su lugar, acercó una silla y se sentó junto a la cama, incluso extendió la mano y agarró la de Yunhyuk.

Serie de los CP 12 - La Locura de TimoteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora