💞CAPÍTULO I💘

915 69 30
                                    

—¡Demonios no! ¡¡¡Abran!!! ¡¡¡Abran por favor, sigo adentro!!!

—¡Pecas!, ¿eres tú?, ¿qué haces acá?

—Yo vine a... —Candice hizo una pausa pensando con rapidez que excusa darle a Terence, el hermano mayor de su mejor amiga. —Necesitaba con urgencia ir al servicio, por eso pasé por acá. Pero cuando salí ya estaba cerrado—. Dijo atropelladando las palabras.

—Ya veo—. El castaño la observó de pies a cabeza. Y se preguntó «¿Qué había pasado con la niñita pecosa de coletas?, pues la chica frente a él, era eso... "Una chica" ... Y muy linda».

—Por cierto, ¡hola! —Ella lo saludó.

—Vaya, por un momento pensé que ya no tenías modales.

—Perdona, es que estoy molesta y me olvidé de saludarte.

—Molesta es poco, diría yo—. Terry masculló entre dientes y le dio una cálida sonrisa.

Ella también sonrió, llevaba prisa y no podía creer que estuviera encerrada en ese lugar —¡Tienes razón, estoy furiosa!

—Sí, eso es, estás furiosa y cuando lo haces, tus pecas se realzan más—. Ambos sonrieron. Era bueno reencontrarse después de la pandemia y descubrir que la esencia de su amistad, seguía intacta. Terence observó la enorme puerta de metal frente a ellos, y le cuestionó. — ¿Estás segura de que ya se fueron todos?

—Sí, porque al menos yo no veo a nadie más —. Alzando su ceja izquierda, Candice lo invitó a que él también diera un vistazo hacia la pista de patinaje, la cual estaba completamente vacía.

—¿Pero estás segura? —Insistió él.

—Demonios, ¡¡¡¡qué sí!!!! —Ella respondió exasperada, él sonrió, pues le gustaba sacarla de sus casillas.

—Tranquilízate pecas, haz esto conmigo... respira hondo, vamos hazlo—Él inhaló, ella solo rodó los ojos, y después de unos breves segundos, cedió a lo que él le pedía—Contamos despacio, uno, dos, tres, eso es, ahora exhala—. El muchacho estaba serio dándole las instrucciones.

🤭

—¡¡Y luego dicen que una es la inmadura!!— La rubia le dio un manotazo en el brazo, pues el castaño la estaba remedando, pero haciendo gestos graciosos en los cuales inflaba las mejillas—. ¡Dios mío, no sabes cómo te extrañaba! Cuando inflas los cachetes, eres igualito a Quico—. Ella decía entre risas, pues sujetaba su abdomen por el dolor que la risa le causaba.

—¡No me simpatizas! — El muchacho dijo, causándole más gracia. —Bueno, Chilindrina pecosa, al menos logré hacerte reír—. Pasados unos minutos le sugirió— Llama a Karen, creo que ella tiene el número del encargado. Yo lo haría, pero no traigo el móvil.

—¡¡Oh, qué gran idea Terry Einstein!! ¿Pero, qué crees?

—¡Diablos pecas! Estoy tratando de ayudarte, veo que no te sirvió de nada mi ejercicio anti rabietas... En serio, no sé por qué te cargas un genio de los mil demonios.

—Tienes razón, discúlpame, por favor—. Sacó el celular de su cartera— Mira—. Colocó el aparato frente a los penetrantes ojos azules.

Terence vio la pantalla negra, pero detalló en el estuche protector; rodó los ojos, recordando que la chica frente a él, era la mejor amiga de su hermanita, por ende, era otra loquita admiradora de "esos chinitos".

—Vaya que "lindos"—. Dijo con sarcasmo.

—¿Eres o te haces?, te lo mostré para que vieras que se le acabó la carga.

💞MI PRIMER AMOR💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora