Prólogo

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No todo lo bello siempre es hermoso. Las personas somos un ejemplo de ello.

Ella es una chica distinta. La verás sentada en una colina mirando hacia el este, con su camisa naranja, sus shorts blancos, sus converse amarillos y su pelo suelto ondeando por el viento. La verás dormida en la hierba, estando en un mundo donde solo sus terroríficos pensamientos se hacen realidad.

No es una persona común, si ve algún ave enjaulada la liberará con la intención de que suceda la desgracia que le tenía que pasar. Esperando ver como algún gato la cazaba o como moría en batalla con otra ave.

Alana sueña con entrar en aquel viejo castillo, en recorrer sus antiguos pasillos llenos de cuadros y demás. En llegar a la sala del trono e iniciar un incendio con la vela de un candelabro y luego volver al día siguiente a lo que ya serían ruinas. Ver las paredes pintadas de negro desesperanza por las cenizas del lugar.

Alana sueña con presenciar cuando aquel volcán dormido a lo lejos despierte. En ver como la lava acaba lentamente con aquella pequeña aldea, rodeada por hiedra venenosa y escombros que ni sé molestaron en quitar.

Cada día para ella es eterno, solo la consuelan las palabras que siempre se dice a si misma al salir el sol.

"Resiste Alana. Algún día sucederá tu desgracia"

Los Cinco Pecados de AlanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora