Mensajes anónimos

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Akutagawa no estaba seguro cuando es que todo eso había comenzado, tal vez un mes atrás o dos, lo cierto es que era impresionante como es que se había acostumbrado a ello.

Todos los días al abrir su casillero encontraba notas, al principio pensó que era algo hecho por un idiota que deseaba molestarlo, no era la primera vez que lo hacía, pero considerado que una vez se agarró a golpes con un estudiante y ganó espero que aquellas situaciones se detuvieran.
Después de pensarlo un momento tomo lo nota esperando encontrar un insulto, pero está estaba escrita con un tipo de letra muy fina, la hoja era de un color crema y era obvio que la persona había puesto un gran esfuerzo en escribir el contenido de ella, aunque esté era simple;

“Me gustas mucho. ”

Su cerebro trató de procesar aquellas tres palabras, como era posible que alguien dejara eso en su casillero, más considerando quién era su vecino.

Dazai Osamu, era la persona más popular de la escuela, guapo, brillante, la gente al verlo quedaba enganchada de él, recibía cientos de cartas con confecciones todos los días, “Se debieron equivocar” se dijo mientras recordaba como Higuchi se la pasaba hablando de un libro en donde alguien dejaba una confesión en otro casillero, esto era exactamente lo mismo, así debía ser, pero al seguir con la carta vio que eso era imposible;

“Me gustaría poder hablar de frente contigo Akutagawa, pero temo no gustarte. ”

Con su nombre puesto en la nota, era imposible que no fuera para él.
Akutagawa lo pensó un momento, no tenía idea de que hacer con esa nota, tirarla a la basura, quedarse con ella o actuar como si no supiera nada.

Está confección no pedía una respuesta, no había nombre o algo que indicará quién era la persona. Akutagawa volteo y espero ver a alguien observándolo, pero solo vio a los pasillos llenos de gente, rostros que no reconocía y personas con las que jamás había hablado, la persona de la nota podría estar oculta en cualquier parte y Akutagawa jamás vería nada.

La curiosidad pudo más que su lógica, tomo la carta le dio la vuelta y escribió, “¿Quién eres? ¿Por qué no me gustarias? ”eran dos preguntas sencillas, tomo un poco de cita, pego la carta a su casillero para luego tomar sus cosas e irse, no creía que la persona fuera a contestar, pero era una buena forma de sacarse la duda.

A la hora de la salida, la nota que dejo pegada no estaba y al abrir su casillero, cayó otra.

“No pienso que te gusten las personas que se ven como yo. ”

Eso era todo, Akutagawa se molestó, está persona muy posiblemente nunca le había hablado y ya sabía que le gustaba, necesitaba respuestas, no más acertijos,“¿Cómo sabes que me gustaría? Nunca hemos hablado” escribió antes de pegar la carta, esperaba recibir una respuesta real mañana.

Pero aún hoy, después de casi dos meses no tenía ni idea de con quién es que estaba hablando por aquellas cartas anónimas.

Bueno tenía ideas, pero nada demasiado concreto.

Había dicho que tenía el cabello corto por un mal corte de cabello, tenía un gato, el cual se llamaba Jinko, compartía algunas clases con Akutagawa cómo matemáticas (la materia que más estudiantes tenía por gente que recursaba) y Química (también lo mismo), estaba en el salón A, y Akutagawa en el B, así que realmente no se veían mucho, la única diferencia es que la persona con la que hablaba decía ir a verlo cuando estaba pintando en el club de arte, había dicho que al principio iba para ver los trabajos de los demás, ya que su familia lo había obligado entrar a otro club, pero cuando vio lo que Akutagawa podía hacer quedó impresionado, después de ello empezó a prestarle más atención en clase, finalmente le gustó, pero apenas ahora tuvo el valor de confesar sus sentimientos por así llamarlo, pero ahora no solo le gustaba Akutagawa, creía sentir cosas más fuerte por él, se conocían realmente y deseaba saber más.

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