10: La Finalissima: El festejo

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My baby's fit like a daydream
Walking with his head down
I'm the one he's walking to
So call it what you want, yeah, call it what you want to

My baby's fly like a jet stream
High above the whole scene
Loves me like I'm brand new
So call it what you want, yeah, call it what you want to


I

rina se sintió volar. Literalmente.

-¡Ganamos Tana!- Pablo la abrazó por detrás, elevándola en el aire y dando en par de vueltas mientras Irina luchaba por bajarse.

Cuando volvió a tener los pies sobre el cesped, Lionel ya no estaba frente a ella, sino que se habia alejado para comenzar a hablar con un periodista.

-Felicidades, Pablo.- sonrió a su amigo, abrazándolo otra vez.

-¿Qué se siente ganar una copa con la selección?

Irina no estaba segura de que existieran palabras justas para describir todo lo que sentía en ese momento. Una mezcla de orgullo, satisfacción y liberación se arremolinaban en su interior. Y, tras eso, luchando por salir, se encontraban las malditas mariposas en el estómago.

-Es más de lo que alguna vez imaginé.

Pablo la abrazó una vez más antes de que Leo se uniera a ellos, seguido de Leandro. Pronto, la mitad del plantel se encontraba sumergido en un abrazo grupal, saltando y girando alrededor de los dos.

-¡Dale Pablitooo, activa ahora!- El Dibu gritó.

-¡Ahora o nunca Payasooo!- Lo animó Gio Lo Celso.

-Naa, dejen de pavear. Vamos, hay que buscar las medallas.- El capitán rapidamente los puso en orden, alejandolos del duo.

Cuando Pablo volvió a mirar a Irina, su amiga de toda la vida tenia el rostro mas rojo que un tomate.

-Creo que la joda se nos fue de las manos.

Ella asintió -Esto es culpa tuya, arreglalo.

Pablo asintió sin dejar de sonreír ni un momento. Acortó la distancia entre ambos, envolviendo las manos de Irina en las suyas -Tu viejo está tan orgulloso de vos, Tanita.

Y sólo cuando Pablo le dijo eso, mirándola a los ojos, Irina sintió su respiración temblar. No era consciente del peso que llevaba sobre los hombros hasta ese momento, la carga del apellido y la responsabilidad de enorgullecer a su padre después de la humillación que sintió al salir del Atlético le costó varias noches sin dormir. Irina sabia que este era sólo el primer paso, aun faltaba para poder mirar a Vittorio sin sentir culpa otra vez, pero era una buena manera de empezar.

-No llores Tana.- Pablo hizo un puchero, abrazándola otra vez.

Fue Luis quien los llamó para ir a ver la premiación. Todos subieron en en fila a recibir sus medallas, atravesando el pasillo que los jugadores hacían para ellos. Cuando llegó su turno, era Chiqui Tapia el encargado de colocársela a ella.

-Felicidades Irina, no nos equivocamos con vos. Espero que sea la primera de muchas, como tu con tu papá.

Ella asintió -Gracias por la confianza, Chiqui.

Cuando descendió del escenario, Irina fue directamente a saludar a un par de jugadores de la selección contraria, algunos con los cuales había trabajado de manera particular durante sus lesiones o como consultora de ciertos clubes. Se despidió de ellos cuando Ian y Noah ingresaron al campo de juego, buscándola y pegándose a ella mientras Lionel atendía a todos los periodistas que se acercaban a él.

fisioterapeuta; lionel scaloni | Qatar 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora