1 - Renacer

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Julián

Todo empezó una tarde que estaba aburrido.

Y sí, se lo que están pensando, esa es la peor manera en la que una historia de amor puede comenzar. Suena muy dramático, pero esta historia es tan complicada, que peca de ser simple. Hay muchas cosas en juego; Una amistad de muchos años, un amor sincero y sin límites; Una profesión intolerante, un mundo intolerante; Miedo, demasiado, más del que me gustaría admitir.

Es la peor manera en que una historia de amor podría comenzar, porque también era la única manera en la que este amor reprimido podría renacer.

Pero me estoy adelantando un poco, es mejor empezar por el principio, o por lo que parece serlo.

Había visto en distintas ocasiones a gente hablar de fanfics, historias de fans sobre personajes o gente famosa. Famosa como yo. No sé exactamente que me hizo buscar por donde leer fanfics. Supongo que fue esa parte chismosa mía, esa parte que quiere saber que piensa la gente de mí. Al principio era para boludear un rato y reírme de las incoherencias que se le ocurría a la gente. Era fácil distraerme con escenarios imposibles y mucho más divertidos de lo que estaba haciendo hace un rato- como mirar la nieve caer por la ventana mientras me cagaba de frío. La mayoría de historias eran de t/n, que después de una búsqueda rápida para ver que mierda era eso, descubrí que tenía que cambiar mi nombre por esas letras. Lo cual, solo hizo esas historias mucho más graciosas.

Algunas historias eran tan buenas que genuinamente me atraparon. No sé porqué me sorprendió tanto esto, es decir, si a tantas personas les gustaba leer estas historias, por algo debe ser. Supongo que todos tenemos una buena historia para contar. Terminé por lo menos dos que eran muy buenas, era lindo ver como podría llegar a tener un final feliz. Seguí leyendo otras que podrían gustarme, para guardarlas y leer más tarde. Me decepcionaba un poco al ver que algunas todavía no estaban terminadas. Las guardé para esperar futuras actualizaciones.

Incluso empecé un juego conmigo, buscando historias cada vez más bizarras que las anteriores, solo para reír. Reír como no había hecho en varios días. Intentaba evitar toda escena romántica que pase de un beso, ya que si bien quería pasar el rato, no tenía ganas de leer esas cochinadas sobre mí. No me sorprende la existencia de estas. Tengo ojos y leo los mensajes que me llegan. Lo que si me sorprendió fue esa pequeña voz morbosa que me incitaba a seguir leyendo, pero yo no me negué rotundamente; Cayendo de golpe en lo bizarro que era el hecho de leer fanfics sobre mi.

Me refregué la cara y miré la hora en mi celu, sin darme cuenta ya había pasado la tarde. No tenía días libres muy seguido, lo cual hacía mi tarde aún más extraña. Sentía que estaba buscando algo en cada historia que leía, como si apareciera en estas algo que siempre estaba buscando. A alguien.

Antes de seguir con ese pensamiento preferí bañarme y salir a caminar un rato. La ducha fue rápida, de pronto sentía esa necesidad de salir, de escapar. No podía estar mucho tiempo adentro de mi departamento sin sentirme atrapado, o tal vez asfixiado era la palabra correcta. No lo sé. Solo sé que cuando me siento así, lo mejor es salir, y demostrar que sí puedo hacerlo. Algo tan simple como abrir mi puerta podía calmar mis inquietudes. Quién diría que recordar que el mundo existe, ayudaría a dejar de maquinar la cabeza.

Primero fui a una cafetería que no estaba muy cerca como para ir caminando, pero fui igual. Lo necesitaba. Pedí mi café y me senté a esperarlo mirando a la ventana. Para colmo, justo me llegó un mensaje.

Enzo: Espero que estés bien.

No entré al mensaje. No podía, sabía que si entraba, todo se iba a ir al carajo. Por suerte, me llamaron para retirar el café. Lo agarré y salí casi corriendo del lugar, otra vez la sensación de encierro volviendo a mi.

Sabor a MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora