Sabor a Mí

5 - Amigo

Julián

Al salir de la ducha escuché a Enzo putear y gritar de dolor, salí corriendo de la habitación.

"¿¡Estás bien!?" Casi me caigo al llegar a la cocina, donde lo vi a Enzo en frente del anafe.

"Si Ju, tranqui, solo me quemé el dedo" Hizo un puchero y estiró el dedo para que vea, solo estaba un poco rojo. Me relajé al ver que realmente no era nada grave, solo que mi amigo era un exagerado a veces.

"Ah, menos mal, me asustaste" Me senté en la barra, todavía estaba un poco cansado. "¿Qué estas preparando?" Veía que movía una espátula pero su torso -todavía descubierto- no me dejaba ver.

"Panqueques, estaba antojado"

"Como me consentís, así nunca me voy de acá" Y lo decía en serio, la última vez que lo visité en Portugal no estaba así de... Cariñoso, supongo.

"Esa es la idea" Se dio vuelta, y con una sonrisa que ponía en peligro mi salud mental, me guiño un ojo.

Se volvió a dar vuelta, yo reí de una manera demasiado forzada. Enzo podía ponerme nervioso con una simple sonrisa. Aunque supongo que él no tenga una remera puesta también ayudaba a eso. El recuerdo de como nos despertamos hoy, la sonrisa hermosa, los mimos en mi espalda, todo pasó por mi cabeza. Él en serio estaba mucho más cariñoso de lo normal. Tal vez podría ser la distancia, tal vez me extraño mucho. Ni era momento para pensar en eso, así que intenté pensar en otra cosa.

"Che, ¿Después me prestas una camisa? No tengo nada para hoy a la noche"

"Dale, tengo una que seguro te queda re facha" Dio vuelta un panqueque y me volvió a mirar. "¿Ya estas mejor? No tenemos que ir si todavía te sentís mal"

"Estoy mucho mejor, tranquilo, solo me dolía un poco la cabeza"

"Pero estabas todo colorado, y parecía que tenías fiebre de lo caliente que estabas" Parecía realmente preocupado, ni siquiera intentó darle un doble sentido a sus palabras.

'No podría haberlo explicado mejor', pensé al sentir mi cara arder.

"Estoy bien, en serio." Intenté esconder mi sonrojo al ir hacía la heladera. "Permiso, quiero un poco de agua"

"De paso saca el dulce de leche" Deje las cosas sobre la mesada y cerré la heladera.

El desayuno fue tranquilo, no hablamos mucho, ambos preferíamos que las mañanas sean tranquilas.

Después lo ayudé a desempacar las cajas del living. A Enzo le gustaba coleccionar boludeces, a veces yo lo cargaba con ser un acumulador. A Enzo no le parecía tan gracioso. Tardamos toda la tarde, ya que nos distraíamos seguido con las anécdotas que Enzo contaba.
Mientras tanto, yo me permitía soñar un poco, fingir que seguíamos en Argentina y nos estábamos mudando juntos. Era un plan que teníamos antes de irme. Todo sería muy diferente si así fuera. Por lo menos estaba feliz con mi decisión, o intentaba estarlo. Trabaje toda mi vida para estar donde estoy, no podía desperdiciar la oportunidad.

"¿Estás bien?" Enzo me preguntó.

"Sí, estoy bien. Terminemos con esta caja que se hace tarde, y vos tardas un montón en bañarte" Cambie de tema, no quería hablar del pasado.

"No es mi culpa que seas un roñoso" Sabia que no me creía, pero igual no insistió. Otra cosa que me encantaba de Enzo, dejaba que le cuente las cosas a mi tiempo.

Terminamos con la última caja bastante rápido, solo tenía ropa de verano. Después Enzo me dio una camisa blanca para la noche y entró a duchar. La camisa me quedaba un poco grande de mangas, ya que él era más alto. Las doblé hasta la mitad de mi brazo y después me puse el jean negro que había usado el día anterior. La cadenita la puse abajo del cuello de la camisa. Desde que Enzo me la dio no me la saqué más, y tampoco pensaba hacerlo.
Una vez que terminé de arreglarme me llegó una notificación, al ver lo que era desbloquee el celular en un instante. Me había enganchado con varios fanfics, y cuando vi la actualización de una de éstas, ni siquiera dudé en entrar. Me senté en el sillón, leyendo, mientras lo esperaba.