Sabor a Mí

2 - Difícil

Julián

"Dale, habla culiado, puteame, no sé, algo." Había pasado tal vez un minuto o diez, no sé, pero Enzo todavía no respondía. Yo seguía llorando, y mientras más tardaba el otro en responder, más fuertes eran los sollozos; Más fuerte era la marea de arrepentimiento que venía a llevarse todo mi ser.

"Perdón Ju, es que no me esperaba que digas eso." Enzo por fin habló en un hilo de voz, parecía sorprendido de verdad. Y entonces empezó a... ¿Reír? "Para boludo, ¿Te pensas que te voy a putear?" Mi silencio hizo que su risa pare "Julián, sos mi mejor amigo tarado, ¿Por qué me enojaría con vos?"

Su reacción positiva fue como un salvavidas en medio de la tormenta que era mi cabeza. Cuando lo escuché dejé de llorar, al menos por tristeza y miedo, ahora las lágrimas que salían eran de felicidad, de emoción, de amor. La calidez que sentí en mi pecho en ese momento fue suficiente para ignorar el dolor de ser un amigo. Con esas simples palabras el miedo de perderlo por demostrar mis verdaderos colores se fue. Y por ahora, eso era más que suficiente para mí.

"Y si no respondes... Uno piensa cualquier cosa viste'" Estoy seguro de Enzo se dio cuenta de la sonrisa que tenía, porque otra vez empezó a reír.

"Es que Ju, de la nada me tiras esa bomba ¿Y te tengo que responder en medio segundo? Paraaa, dejame sorprenderme un poco." Su risa, como normalmente lo hacía, se me contagió, recién en ese momento dejé de llorar para finalmente cantar victoria "Aunque, ahora que lo pienso, tampoco debería estar tan sorprendido"

Casi me caigo de la silla al escuchar eso. Hable demasiado rápido... Como siempre.

"¿Cómo que no-- Qué decís Enzo?"

"Y, mira Ju, si me pongo a pensar que le mirabas el orto a nuestros compañeros, yo incluido, en la mayoría de los entrenamientos... Mucho no me sorprende el chisme."

Mi cara ardía, la idea de que Enzo se había dado cuenta de eso era preocupante. No sabía que él me prestaba tanta atención. Por un lado me encantaba la idea de estar en su radar en los entrenamientos, ya que sabía lo concentrado que estaba en estos; Por otro lado odiaba la idea de que tal vez Enzo se sentía incómodo.

"Perdón no te quería incomodar, yo no quería, bueno, no quiero que pienses mal de mí. No quiero que esto rompa nuestra confianza."

"¿Eh? Dejate de joder, los ojos están para usarlos Juli. Mi única queja es que tenes que tener un poco más de carpa." La seguridad en la voz de Enzo alivió mi preocupación, confiaba en que me decía la verdad y no lo que yo quería escuchar. "Aparte, no es tu culpa tener buen gusto, tipo, soy yo. Todas y todos quieren un poco de Enzo." Sus carcajadas me dejaron un poco sordo.

Que tipo boludo, por favor.

"Callate un poco tarado, ya quisieras que te de bola a vos."

"Ay, es mi sueño Juli, vos no tenes idea."

Pasó un segundo de silencio.

Hasta que los dos nos empezamos a reír a carcajadas, quedándonos sin aire. Sentía mis ojos lagrimear por enésima vez, siendo esta la mejor manera de llanto que existía: Llorar de risa con Enzo.

Después se formó un silencio cómodo, de esos que se forman luego de reír por un largo rato, interrumpidos por pequeñas risas o suspiros intentando respirar normalmente otra vez. Un silencio que se forma entre dos personas luego de compartir un secreto. De esos que comparten dos personas cuando están más unidas que nunca. De esos que son como un abrazo, como un mimo. Esos que uno recuerda, incluso luego de un tiempo. Una pausa para recomponerte y seguir adelante. Un silencio cómodo, de esos que teníamos con Enzo cada vez que queríamos decir algo más.