Julián
Las semanas próximas a la llegada de Enzo a Inglaterra fueron bastante difíciles, tanto para él como para mí.
El Chelsea perdía todos los partidos que ocurrían, ni siquiera podían hacer un gol. Enzo no me decía mucho al respecto, pero yo veía la decepción en su cara después de cada partido. Yo intentaba apoyarlo, decirle que todos los clubes tenían malas rachas, porque así era el futbol. Incluso es lo que había pasado en la selección, en dos años ganamos más títulos que en la última década... Eso no quitaba la frustración de intentarlo y fallar, una y otra y otra vez. Y más teniendo en cuenta que él se había convertido en una parte esencial del equipo.
Yo, por otro lado, tenía el efecto contrario. O por lo menos eso era lo que todos decían. Sabía que tenía un lugar en el City, Pep me lo había dicho cada vez que anunciaba la lista de titulares, y yo no estaba dentro de los once elegidos. Me lo decían mis compañeros en los entrenamientos. Me lo decía Enzo cada vez que se publicaba la lista en redes sociales, y los comentarios estaban llenos de argentinos pidiendo que juegue. Aunque después de jugar tres minutos en tres semanas, se me estaba dificultando creer eso.
Sin embargo, Enzo estuvo conmigo en todo momento, y yo estuve con él. Hacíamos llamada, nos juntábamos a tomar el mate a la hora de la merienda, mirábamos películas, hasta incluso un día salimos a correr juntos. Bueno, yo troté y Enzo corrió. Pero igual, era como estar en Argentina otra vez -con más lluvia y menos dulce de leche-, nos distraíamos de las frustraciones del futbol juntos.
Un día particularmente soleado, se me ocurrió una idea. Le mandé mensaje a Enzo, para ver si estaba ocupado para hacer un picnic. Había una plaza por la que siempre pasaba cuando iba a su casa, que quedaba mas o menos a mitad de camino para los dos. Él en seguida me respondió que sí, ya calentando el agua para el mate. Yo le dije que iba a comprar la comida, y él se encargaba del mate y la bebida. Acordamos que nos íbamos a encontrar en una hora más o menos, así que me fui corriendo a un supermercado para comprar las cosas.
Cuando llegué a la plaza, Enzo ya estaba ahí. 'Siempre impuntual Julián'
"Hola Enzi, disculpa, ¿Te hice esperar mucho?" Le di un beso en el cachete y me senté en la manta que ya estaba en el piso.
"No, Ju, tranqui, recién llegué yo también" Sonrió divertido, yo lo miré confundido, y él se rio "Estas todo despeinado, vení" Se acercó y me peinó un poco el pelo.
"Gracias" Murmuré apenado, el solo asintió volviendo a su lugar al otro lado de la manta. Me cebó un mate mientras yo abría el canasto con la comida "Toma Enzi" Le alcancé un sanguchito de miga, para que lo agarre, pero él solo abrió la boca "No te voy a dar de comer como a un bebé"
"Dale Ju, estoy ocupado con el mate" Entonces él hizo un puchero, y como odiaba cuando hacía eso. Siempre conseguía lo que quería, era un consentido. Lleve el sanguchito hasta su boca, y cuando lo mordió me guiño un ojo. "Gracias lindo" Yo solo rodé los ojos, intentando fingir indiferencia, pero me parece que mi sonrisa me delató.
En ese momento me di cuenta que Enzo últimamente estaba muy cariñoso, más de lo normal. Me tiraba algún chamuyo o me decía "lindo" de la nada. Yo nunca sabía como responder. No termino de entender si era un chiste o no, aunque no me podía quejar, porque me encantaba que sea así. Por las dudas no le contestaba y fingía demencia. No me podía arriesgar a arruinar nuestra amistad.
"Toma Ju" Su voz me sacó de mi cabeza, me pasó el mate "¿En qué pensas?" Él se acomodó para quedar semi acostado, comiendo su sanguchito lo mas pancho.
"En vos" Medio que se me escapó eso, pero la cara de sorpresa de Enzo me dio una idea "En como siempre te haces el banana, pero sos un dulce de leche" Me acerqué a él y le pellizqué un cachete. Enzo me manoteo para que lo deje y yo me reí al notar su cara tiñéndose de vergüenza.

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Sabor a Mí
Romance"Fallezca de sentimientos amorosos persona cobarde." Lo intenté leer unas tres veces, porque las lágrimas no me dejaban ver. Quién diría que un petizo orejudo parte de un AU de Twitter, podría definir toda mi vida amorosa con una simple frase. -°-°...