- ¡Corre Pedri! -grité con todas mis fuerzas.
Hacía tiempo que no venía a ver un partido, desde que Sofi se había enfermado de forma más grave y me había quedado con ella cada día.
Pedri corría con el balón directo a la portería.
Verlo jugar siempre había sido un espectáculo, desde bastante pequeñito.
- ¡Gol! -gritó el estadio al completo.
Yo empecé a saltar y a gritar cuando dos cuerpos colisionaron con el mío, abrazándome entre gritos.
Eric y Javi estaban ahí, uno a cada lado.
Pedri nos había dado entradas a los tres para ir a verlo ayer cuando llegamos de Port Aventura y le contamos como me subí a la montaña rusa y al final me lo pasé bien con todas las demás atracciones.
Seguimos viendo el partido hasta que terminó y no sé en que momento me quedé sola con Eric.
- ¿Dónde está Javi? -pregunté.
- Ha tenido que irse y Pedri me ha pedido que te lleve a casa, así que vamos, podemos decidir cuál será el siguiente deseo de la lista para cumplir. -me sonrió.
Había tanta gente que sin darme cuenta entrelacé mis dedos con los suyos, para no perderlo.
Él me miró un instante, pero no dijo nada y tiró de mi para acercarme más a él y salir del estadio lo antes posible.
Nos metimos en su coche.
- ¿Qué te ha dicho Pedri? -pregunté.
- Que tenía entrevista y que llegaría más tarde. -explicó.
- Perfecto. -asentí.
Había sido el MVP del partido y estaba claro que llegaría tarde.
Eric puso la música y llegamos en pocos minutos a casa, no vivía lejos del Camp Nou.
Al subir fui a cambiarme para estar más cómoda y cuando volví el tenía la lista entre las manos y había tachado el deseo número cuatro de la lista.
4. Subirme a una montaña rusa.
- ¿Con qué te apetece seguir? -preguntó.
Con desvestirte. Pensé.
Mierda.
No.
No.
Intenté calmarme con ese pensamiento tan repentino que no me esperaba.
Estaba sentado en mi sofá, con un brazo encima del respaldo, las piernas algo abiertas y recostado.
Joder.
Era muy muy guapo, no podía negarlo.
- ¿Julieta? -preguntó.
- Sí, lo siento, yo, eh.. -me fui a sentar a su lado.
- Tu mandas. -me sonrió.
- Puedes llamarme Juls, tu hermano lo hace ya también. -le volví a sonreír.
- Me gusta llamarte Julieta, al parecer nadie lo hace y me parece precioso, como tu. -soltó y vi como se arrepentía al segundo de haber dicho eso.
Cambié de tema de forma radical.
- Podemos seguir con este. -señalé en la lista sin mirar.
- ¿Bañarnos en una playa nudista? pensé que lo dejarías para más al final. -soltó una carcajada y yo me sonrojé por completo.
- ¡No! -grité tapándome la cara.
Él siguió riendo.
- Elige bien. -me tranquilizó.
Mire la lista de nuevo.
- ¿Y el número dos? -pregunté.
- De ese dijo que se encargaba Pedri. -contestó.
- Mmm. -seguí mirando.
- Creo que es hora de irnos a las Bahamas. -habló y yo casi me atraganté con mi propia saliva.
- ¿Dónde? -conseguí hablar.
- A las Bahamas, Javi y yo ya lo hablamos, ahí hay una playa con arena rosa, es uno de los deseos, y a parte ahí podrás nadar con tiburones y seguro que tu favorito, el de la playa nudista, también. -me sonrió y yo abrí mucho los ojos.
- Pero.. -empecé a hablar.
- Nada, pero nada, luego me encargo de hacerlo con Javi, esos van a ser tus próximos deseos. -habló mirándome.
Me quedé mirándole un rato.
No sabía porque no se iba si ya habíamos elegido el siguiente deseo.
Estaba nerviosa.
Él me ponía nerviosa.
- ¿Qué tienes con Pedri, Julieta? -preguntó rompiendo el silencio.
La pregunta me tomó por sorpresa.
- Es mi mejor amigo, nunca ha habido más por parte de ninguno de los dos. -expliqué tranquila.
Era verdad.
Habíamos sido siempre como hermanos.
- ¿Entonces no hay nadie? -preguntó.
- ¿Qué quieres decir? -pregunté.
- Necesito saber si tienes novio. -casi lo susurró.
- No, no tengo novio, ¿por qué? -pregunté ahora nerviosa.
- Por esto. -murmuró.
Su cuerpo se movió y sus labios rozaron los míos de forma suave, en un beso lento y cálido, tranquilo, como si quisiera probarme por primera vez.
Sin prisas.
Tardé en responderle, pero cuando lo hice enredé mis dedos en su pelo y él intensificó algo más el beso.
No sabía que estaba haciendo.
Me estaba dejando llevar por el momento.
La puerta sonó y nos separamos casi al instante.
Nos quedamos muy quietos en el sofá, en silencio.
- Hey, creía que ya te habrías ido, ¿tenéis el siguiente deseo listo? -preguntó Pedri llegando hasta nosotros.
Me ardía la cara.
- Nos la llevamos a las Bahamas, verá arena de color rosa, buceará con tiburones y se bañará en una playa nudista. -explicó Eric levantándose como si no hubiese pasado nada.
- Ojalá pudiera ir con vosotros. -se quejó Pedri.
- Volveremos pronto, no estaremos mucho tiempo. -Eric le palmeó el hombro y se despidió de los dos, saliendo por la puerta.
Casi no me había mirado.
- Os habéis besado. -habló Pedri cuando estuvimos solos.
- Oh no, no voy a tener esta conversación, ni siquiera sé lo que acaba de pasar. -levanté las manos en forma de rendición.
- La tendremos, pero como estoy cansado del partido, te dejo elegir película y no me quejaré, pero mañana me lo explicarás todo. -se tiró casi encima de mi en el sofá y yo solté una carcajada.
Había besado a Eric.
Técnicamente, él me había besado a mi.
Oh no.
Esto no podía ser nada bueno, no ahora.
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ERIC SE LANZÓ AAAAAAESTOY Q ME MUERO POR IR EL 26 DE MARZO A LA FINAL DE LA KINGS LEAGUE, ¿ALGUNA VAAA?
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Trece deseos +18 - Eric Ruíz
FanfictionJulieta lo ha perdido todo. Su hermana murió, dejándola sola en Barcelona. Y mientras recogía sus cosas, encontró una lista con trece deseos. De su hermana. Su lista de antes de morir. Julieta está lista para cumplirlos todos. Solo le hace falta un...