Trece deseos +18 - Eric Ruíz

Bahamas

Estaba flipando.

Habían pasado dos días desde..

Bueno, desde el beso.

Por suerte Pedri no había preguntado nada más.

Pero a lo que iba.

Estaba flipando.

Estaba en el maldito aeropuerto.

Listos para coger un avión.

A las Bahamas.

A LAS MALDITAS BAHAMAS.

No me lo podía creer.

Íbamos a cumplir tres de los deseos en un solo sitio.

Estaba pegada al pecho de Pedri, abrazándolo con fuerza.

Javi nos grababa con la cámara.

- Quiero muchas fotos y vive, por favor, por ti y por Sofi. -murmuró cuando me separé de él

- Te lo prometo. -sonreí.

Iba a hacerlo.

Me moría de ilusión.

- Y no te separes de ellos, por favor, ten cuidado. -habló de nuevo.

- Si, papi. -rodé los ojos y él soltó una carcajada.

Me abrazó de nuevo y se despidió de los chicos.

Javi vino hacia mi con la cámara en mano y una gran sonrisa.

- ¿Lista, Juls? -habló abrazándome por los hombros.

- No sé si estoy lista, pero vámonos ya. -me reí y él se rio conmigo.

Giró la cámara hacia Eric.

- ¿Listo, hermano? -preguntó.

Eric estaba muerto del sueño, era muy temprano y no era alguien madrugador.

Saludó a cámara con la mano, sin quitarse las gafas de sol y Javi soltó una carcajada.

Una vez apagó la cámara, pasamos los controles de seguridad, facturamos nuestras maletas y todo lo necesario y cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos en el avión.

Quería gritar.

El avión era enorme y los asientos muy espaciosos.

De tres en tres.

Yo estaba en la ventana, Eric enmedio y Javi al lado del pasillo.

Llovía un poco aquí, pero sabía que donde íbamos haría un sol perfecto para ir todo el día en bikini.

Joder, estaba demasiado ilusionada.

Ojalá Sofi estuviese aquí.

Ese pensamiento hizo que mi cuerpo temblase un poco.

Justo en avión empezó a despegar y me puse muy nerviosa de repente.

Sin saber muy bien porque.

Una mano se enroscó con la mía y supe sin mirar que había sido Eric.

Agradecí su contacto y cerré los ojos hasta que el avión estuvo estabilizado.

- Nos conviene dormir casi todo el trayecto, luego tendremos muchísimo jetlag si no lo hacemos. -habló Javi.

Las luces del avión estaban apagadas y yo me acomodé en mi asiento.

Cerré los ojos al mismo tiempo que lo hacían ellos.

Sentí como alguien se movía a mi izquierda y un cuerpo se tumbó contra mi.

Mi cabeza quedó encima del hombro de Eric y su cabeza descansaba sobre la mía, su brazo enroscado con el mío.