Quinto deseo +18

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Íbamos a bailar.

Sí.

A bailar.

Eric y yo.

Al final optamos por aprender a base de videos de youtube para no hacer el maldito ridículo en ningún sitio más que en mi casa.

Solos.

Bueno, con Nala corriendo entre nuestros pies.

Cosa que no ayudaba mucho.

No sé cual de los dos era más torpe.

Eric me pisaba y yo me liaba con mis propios pies.

- Esto no es lo nuestro, necesito un descanso. -pidió.

- Una última vez y descansamos y comemos algo. -pedí yo.

- Venga, ahora que Nala está dormida en el sofá. -soltó una risa y enroscó sus brazos a mi alrededor.

Empezamos a movernos con cuidado, aun torpes.

- ¡Nos está saliendo! -grité emocionada.

Él sonrió.

Nos salió el baile bien y cuando terminamos di un salto y me enrosqué en la cadera de Eric.

- ¡Lo hemos conseguido! -grité de nuevo, más que contenta.

- Lo has conseguido, Julieta. -sonrió mirando mi boca.

Me puse nerviosa.

Y intenté bajarme de su cadera, pero él me mantuvo ahí, sin dejar de mirarme.

- ¿Tienes hambre? -pregunté intentando cambiar la situación, muerta de nervios.

- Sí. -murmuró.

- Creo que hay algo en la nevera. -dije de nuevo.

- No tengo ese tipo de hambre, Julieta. -su voz ahora más ronca.

Tragué saliva y nuestros ojos conectaron.

- ¿Entonces? -pregunté aún sabiendo la respuesta.

Su sonrisa fue como la de un maldito depredador viendo a su presa.

Caminó conmigo y me sentó en la mesa del comedor.

Se colocó entre mis piernas y no perdió ni un solo segundo en quitarme el vestido que yo llevaba y dejarlo en el suelo.

Dejándome solo en ropa interior.

Sonrió mirándome de arriba a abajo.

Su mano recorrió mi muslo, lentamente acercándose a mi punto débil, que le esperaba con ansias.

Ahogué un gemido cuando uno de sus dedos se coló entre mi ropa interior.

Él gruñó.

- Joder, julieta. -tiró la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.

Mis mejillas se volvieron rojas al instante.

Y su dedo entró en mi una sola vez, saliendo de nuevo.

Me quejé y él soltó una risita mientras se bajaba los pantalones y los dejaba a media pierna, junto a sus calzoncillos.

Sonreí al ver su gran erección apuntando a mi centro y él se movió sin dudar

Retiró con un dedo mi ropa interior hacia un lado y se colocó en mi entrada, empujando solo un poco.

Yo gemí al instante.

- Necesitaba esto. -murmuró justo antes de entrar por completo en mi interior de una sola estocada.

Trece deseos +18 - Eric RuízDonde viven las historias. Descúbrelo ahora