Sakura Ishida es rescatada por Kanae. A los quince años fue entrenada por seis meses por Kanae.
Al ser incapaz de realizar correctamente la respiración de las flores creo el aliento del cerezo. Al morir Kanae en manos de la segunda luna superior fue...
Mi vida nunca fue fácil, desde que nací fui la desgracia de mi familia, la primera razón fue que nací siendo mujer. Mi madre era abusada por mi padre y tíos; solo la usaban como un objeto sexual y como incubadora de hijos.
Tenía tres hermanos mayores; ellos solo me usaban como esclava, debía lavarles sus ropas, hacerles de comer y demás cosas que "una mujer debía hacer".
Al crecer, tuve más problemas que el solo hecho de ser mujer, uno de ellos fue el tener un hambre inmensa pues podía comer lo mismo que tres de mis tíos que comían demasiado y la segunda es que tenía gran fuerza física.
Un día cuando tenía cinco años estaba lavando la ropa de mis tíos, en la cerca encontré una serpiente bebé de piel blanca que estaba siendo atacada por un ratón, me acerque y espante al roedor.
— Ya estás a salvo pequeña— la serpiente se agarró de mi brazo y empezó a deslizarse hasta mi cuello dónde se quedó sin lastimarme.
Los días desde que Kobura (mi pequeña amiga serpiente) estaba conmigo eran un poco más llevaderos para mí aunque seguía siendo maltratada por mis hermanos, padre y tíos.
Ahora tengo catorce años, mi madre estaba muy enferma y temo que pronto muera y yo tenga que asumir su cruel rol. Ella me dio su haori para que me diera fuerzas.
Un día el mayor de mis hermanos me tomo fuertemente de la muñeca y me llevó al cuarto donde siempre abusaban de mi madre y ocurrió lo que nunca quise, me golpearon, jalaron mi cabello blanco con puntas rosas y casi me abusaron sexualmente. Ese día todas mis emociones desaparecieron.
Dos semana después de eso mi madre habló seriamente conmigo.
—Sakura, escapa, cumple lo que yo no pude hacer.
— Pero...— estaba indecisa no quería dejarla en ese infierno.
— Vete de aquí esta noche, no importa que, solo hazlo.
Esa noche salí por la ventana de la cocina y corrí por el oscuro bosque, mi única compañía era Kobura que estaba enredada en mi cuello. Ni siquiera sentía miedo por correr por el oscuro bosque pero sabía que debía alejarme lo más posible para al fin liberarme de ese infierno como mi madre quería. Corría con desespero cuando algo me hizo caer, un monstruo estaba encima de mí, su apariencia era tenebrosa, tenía seis ojos y seis brazos, además de unos colmillos.
Sentí que moriría cuando su cabeza callo a un lado de mí, una mujer con broches de mariposa y una katana me ayudó a pararme. Le expliqué mi situación, ella escuchó atentamente y me pidió seguirla, lo hice y llegamos a una finca donde dos chicas estaban ahí esperandola.
Me dieron una habitación donde pude dormir tranquilamente hasta el día siguiente. Desperté temprano y salí de la habitación en busca de la chica que ahora sabía su nombre era Kanae.
— ¿Te gustaría ser parte de los cazadores de demonios?— Preguntó Kanae mientras tomamos un té en el jardín.
— Ya nada me importa, así que no tengo problema en unirme a la organización.
Hablé más con Kanae rebelando el día de mi cumpleaños y algunas cosas más personales. Kanae me dió dos broches de mariposa como los que usaba ella y su hermana Shinobu solo que estos eran en color verde y rosa claro, puse cada uno en las coletas con las que ataba mi cabello.
Al día siguiente Kanae empezó a entrenar mi cuerpo, se sorprendió de mi fuerza. Comencé con ejercicios básicos como sentadillas, lagartijas y cargar dos grandes troncos; al cabo de tres meses trató de enseñarme la respiración de las flores pero al no lograr hacerla correctamente me dijo que podía adaptar la respiración a mi cuerpo variando las posturas.
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(El Haori es azúl rey, pero la IA no más no quiso)