ESPACIO LIMINAL (Ichigo x Rukia)

Obra 2: Peligros 1/17

"Me estás engañando, ¿es eso?"

Había peligros en ser el mejor amigo de una chica, y aún más cuando se trataba de vivir con una.

Decirle a la gente que solo eran compañeros de cuarto no pasó exactamente cuando dos minutos en su apartamento compartido, decorado a la perfección para incorporar ambos estilos con imágenes que podrían malinterpretarse como "parecidos a una pareja" esparcidas por todos lados, Rukia saldría de su habitación vistiendo su ropa.

Ichigo realmente había tratado de convencer a la gente de que solo eran compañeros de cuarto y lo habían sido desde que tenía quince años. Pero solo recibió asentimientos condescendientes y, finalmente, aprendió a fingir que el hecho de que la gente pensara que estaban saliendo (o al menos, follando) no le molestaba.

Ciertamente no molestó a las chicas que todavía se le acercaban para invitarlo a salir, para diversión de Rukia.

Él refunfuñó: "Eres una perra".

"Falta tu creatividad en el departamento de insultos, Strawberry-chan".

"Lo menos que puedes hacer es ser comprensivo", se enfurruñó.

"¡Oh, ay de ti, el trágico Kurosaki Ichigo siendo constantemente abordado por hermosas mujeres! ¿Dónde está la triste música de violín que es la banda sonora de tu vida?"

Las chicas como Kuchiki Rukia tenían señales de peligro por todas partes: ¡Peligro! ¡No subestimes! ¡Peligro! ¡No se deje engañar! ¡Peligro! ¡Peligro!

"Tu actuación ha empeorado, ¿es eso posible?"

"Depende", reflexionó Rukia, tocándose la barbilla pensativamente, "¿realmente me usaste como excusa para no salir con Inoue de nuevo ? Sabes que ella sabe que no somos nada, ¿verdad?"

Ichigo se quejó ante el recuerdo de ella.

Todavía no podía creer que ella lo hubiera seguido para estudiar en la ciudad. Aunque sabía que probablemente debería haberle dicho directamente que no estaba interesado en ella románticamente, también albergaba la esperanza de que la chica pechugona realmente siempre soñó con estudiar en Tokio.

"Voy a seguir usándolo si a ti te da lo mismo", replicó.

"Bien, pero no me vengas a llorar cuando finalmente encuentres a una chica que te interese y ella piense que somos una cosa", dijo, ya engreída a pesar de la pura imposibilidad de la idea. El hecho de que ella no hubiera provocado el problema de todos modos era algo que solo lo sorprendió marginalmente.

El movimiento casi permanente de la princesa Kuchiki al Mundo de los Vivos resultó en la necesidad de dedicar tiempo a hacer cosas humanas reales que, considerando la edad en la que estaba jugando, requerían que ingresara a la universidad, y en su propia admisión de querer para tener una 'experiencia de adulto joven' inmersiva, conseguir un trabajo de medio tiempo para sacarla del apuro. Tenía tiempo para eso, después de todo.

Los huecos no eran muy brillantes, pero entrar en el territorio del salvador del mundo (¡dos veces!) simplemente no era algo que estuvieran haciendo.

Ichigo, por su parte, no podía quejarse de que su título de médico estaba muy avanzado, y aunque Rukia nunca había tenido una pizca de sed de sangre en ella, se aburrió de fingir interés en clase.