Raziel
Reiyel, el protector de Fiore, no había desaparecido, así que si, había sido mentira aquello que le había dicho a Astaroth aquel día en el bosque, ¿por qué no se dio cuenta de mi mentira? Esa era una buena pregunta, o quizá sólo lo dejó pasar.
Quizá pensó que después de ese día jamás volvería a ver a Fiorella, que equivocados estábamos.
Reiyel tampoco había desertado en la misión de ángel protector hacia Fiore, más bien yo le había asignado a alguien más y yo me había sugerido para proteger a esa pequeña.
Desde que mire aquel encuentro entre Astaroth y Fiore en el bosque, sabía que aquella pequeña era distinta y sabía que había creado un lazo fuerte con Astaroth.
¿Por qué?
Quizá tenía la respuesta a ello. Alguien cercano a Fiore, demasiado cercano a ella, era la otra mitad de Astaroth.
Por eso mismo yo me ofrecí a proteger a la pequeña, para estar cerca de Astaroth y poder vigilarlo.
Lo curioso era que el mismo Duque había desertado en la tarea de buscar a su otra mitad, por ahora, y estaba centrado en la protección de Fiore.
Aún no entendía esa conexión entre Astaroth y Fiore y tampoco la que se había creado entre la pequeña y yo. Por qué desde que la mire en el bosque, la tuve en mis brazos cuando Astaroth me la dio y la mire a los ojos, cree esa misma conexión con ella.
Era algo inusual y desesperante el no tener las respuesta a preguntas tan sencillas para nosotros dos: ¿Porque tenemos una conexión con ella? ¿Por qué sentimos ese deseo de protegerla? ¿Porque sentimos sus sentimientos y sus pesares cómo si aquellos males nos estuvieran torturando a nosotros?.
Una niña de ocho años tenía a un Duque y a un Arcángel con los pensamientos inconclusos. Ambos teníamos el mismo objetivo: protegerla.
Aunque bueno...ambos teníamos diferentes conceptos de aquella palabra y diferentes métodos para poder llevar a cabo esa protección, cómo estaba siendo el caso justo ahora.
-¡Eres un hijo de puta bastardo!
Llegué justo después de que Astaroth quitará a Enzo de encima de Fiore y cuando ella brincó de la cama y se escondió debajo de esta.
Veía el odio en los ojos de Astaroth y eso era una pésima señal.
El puño de Astaroth impacto en la mandíbula de ese sujeto tan repugnante, nadamas no le rompió la mandíbula porque sabía que el Duque le tenía preparada una muerte lenta y yo no sabía qué hacer exactamente.
Ese sujeto se merecía el Infierno, pero...¿porque no sólo le robaba el alma y ya?.
Astaroth lo tomó con fuerza del cuello de la camisa, Enzo ni siquiera estaba tocando el piso con los pies, lo obligó a que lo viera de nuevo a los ojos.
-¿Quién...quién eres?- tartamudeó Enzo con la mirada perdida en el rostro de Astaroth.
Estaba temblando, estaba sujetando a Astaroth del brazo con ambas manos, tenía sangre escurriendo de su boca resbalando por su barbilla y creo que se había orinado y estaba a punto de llorar.
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Paraíso Terrenal © #1
FantasyUn Príncipe coronado del Infierno, el Gran Duque de los ojos color dorados. Un Ángel de la Sabiduría y los Secretos con la mirada azul zafiro. Y una bella flor corrompida por un mundo de oscuridad. ¿Qué relación tienen con ella? ¿Por qué sienten ese...