-¿Dónde está?- todo mi cuerpo estaba tenso, tanto que podía sentir la vena en mi cuello palpitar.
Estaba a punto de matar a alguien, a quien fuera que se atravesará en mi camino. Sin remordimiento, sin piedad.
Y ese alguien parecía ser aquel que tenía de frente, con la cólera ilustrando sus facciones y emanando por cada poro de su ser.
-¿Qué haces aquí?
Que no contestará mi pregunta sólo aumentó la ira que seguía creciendo dentro de mí sin compasión.
-¡Solo contesta la puta pregunta!
Di un paso en su dirección, dispuesto a despedazarlo si era necesario para obtener respuestas. El también estaba dolido, lo veía en su mirada, también estaba dispuesto a matarme si era necesario. Pero me importaba un bledo, no era capaz de hacerlo y su dolor era algo que me traía sin cuidado. Solo quería saber dónde estaba.
-¡Por tú culpa está metida en este lío!- me dió un empujón, retrocedí un paso, pero lo amenace con la mirada para que no me volviera a poner un dedo encima si no quería perder la mano -. ¡Le advertí que esto estaba mal, era un error, que se tenía que alejar de tí porque esto iba a ocurrir!
-¡No me vengas con tus lecciones de moral ahora, solo dime dónde carajos está!- de nuevo no hubo respuesta -. ¡Contesta, maldita sea Raziel!
-¡Si te acercas a ella la van a matar, ¿acaso es eso lo que quieres?!
Un rayo iluminó el cielo negro por la noche, anunciando la llegada de una tormenta.
Solo quería llegar a ella, saber que estaba bien, protegerla.
No iba a dejar que nadie le pusiera una mano encima, no iba a permitir que la arrebataran de mi lado.-¡Por eso quiero llegar a ella!- me acerque a él, nuestros pies se rozaron y nuestras respiraciones se mezclaron, ambos a punto de perder el control de nosotros mismos -. ¡No voy a dejar que la toquen!. ¡Dime dónde está, no la siento, no sé dónde mierda está y así no puedo llegar a ella!- grite al borde de la locura -. ¡Se que también la quieres Raziel, así que dime dónde putas está!
-¡La van a desterrar!- el mundo se paralizó a mi alrededor -. ¡Por tu maldita culpa la van a desterrar, por la terquedad de ambos ella está pagando las consecuencias, si la amas como dices amarla déjala en paz, porque si te vuelven a ver con ella la van a matar!
No.
No la iban a tocar.
Tenían que pasar primero sobre mi, el Duque del infierno para pensar siquiera en la posibilidad de tocarla.
Abrumado, me pase las manos por el cabello y ese momento de vulnerabilidad me hizo sentirla, la sentí, sentí sus emociones y sin pensarlo un segundo más fui a dónde sabía que estaba en peligro. Con Raziel detrás de mí.
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Paraíso Terrenal © #1
FantasyUn Príncipe coronado del Infierno, el Gran Duque de los ojos color dorados. Un Ángel de la Sabiduría y los Secretos con la mirada azul zafiro. Y una bella flor corrompida por un mundo de oscuridad. ¿Qué relación tienen con ella? ¿Por qué sienten ese...