🤍Prólogo🤍

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-¿Dónde está?- todo mi cuerpo estaba tenso, tanto que podía sentir la vena en mi cuello palpitar.

Estaba a punto de matar a alguien, a quien fuera que se atravesará en mi camino. Sin remordimiento, sin piedad.

Y ese alguien parecía ser aquel que tenía de frente, con la cólera ilustrando sus facciones y emanando por cada poro de su ser. 

-¿Qué haces aquí?

Que no contestará mi pregunta sólo aumentó la ira que seguía creciendo dentro de mí sin compasión.

-¡Solo contesta la puta pregunta!

Di un paso en su dirección, dispuesto a despedazarlo si era necesario para obtener respuestas. El también estaba dolido, lo veía en su mirada, también estaba dispuesto a matarme si era necesario. Pero me importaba un bledo, no era capaz de hacerlo y su dolor era algo que me traía sin cuidado. Solo quería saber dónde estaba.

-¡Por tú culpa está metida en este lío!- me dió un empujón, retrocedí un paso, pero lo amenace con la mirada para que no me volviera a poner un dedo encima si no quería perder la mano -. ¡Le advertí que esto estaba mal, era un error, que se tenía que alejar de tí porque esto iba a ocurrir!

-¡No me vengas con tus lecciones de moral ahora, solo dime dónde carajos está!- de nuevo no hubo respuesta -. ¡Contesta, maldita sea Raziel!

-¡Si te acercas a ella la van a matar, ¿acaso es eso lo que quieres?!

Un rayo iluminó el cielo negro por la noche, anunciando la llegada de una tormenta.

Solo quería llegar a ella, saber que estaba bien, protegerla.
No iba a dejar que nadie le pusiera una mano encima, no iba a permitir que la arrebataran de mi lado.

-¡Por eso quiero llegar a ella!- me acerque a él, nuestros pies se rozaron y nuestras respiraciones se mezclaron, ambos a punto de perder el control de nosotros mismos -. ¡No voy a dejar que la toquen!. ¡Dime dónde está, no la siento, no sé dónde mierda está y así no puedo llegar a ella!- grite al borde de la locura -. ¡Se que también la quieres Raziel, así que dime dónde putas está!

-¡La van a desterrar!- el mundo se paralizó a mi alrededor -. ¡Por tu maldita culpa la van a desterrar, por la terquedad de ambos ella está pagando las consecuencias, si la amas como dices amarla déjala en paz, porque si te vuelven a ver con ella la van a matar!

No.

No la iban a tocar.

Tenían que pasar primero sobre mi, el Duque del infierno para pensar siquiera en la posibilidad de tocarla.

Abrumado, me pase las manos por el cabello y ese momento de vulnerabilidad me hizo sentirla, la sentí, sentí sus emociones y sin pensarlo un segundo más fui a dónde sabía que estaba en peligro. Con Raziel detrás de mí.

Paraíso Terrenal © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora