Preguntas

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Hyungwon está con Junnie en su casa. El pequeño jugaba con sus peluches, Hyungwon jugaba con él, amaba hacerle compañía y más, en sus juegos. Disfrutaba la imaginación de su hijo y como podía entretenerse tanto con eso.

Hyungwon mentiría si decía que estaba al 100% en ello, en el juego, porque no era así. Hyungwon estaba perdido en su mente, recordando ese momento del día anterior con Minhyuk, ese exacto momento en que confirmó todo lo que imaginó, en que hizo eso que tanto deseaba desde hace mucho y lo maravilloso que fue aquella sensación de sus labios junto a los de Minhyuk. Era algo que le contaría olvidar.

El hecho de que Minhyuk le dijera que igual deseaba eso, lo hacía sentir mucho mejor, con mayor seguridad.

Hyungwon no se había imaginado que Minhyuk se sentía de igual forma que él, para nada. A pesar de todo lo que delataba a Minhyuk, no le pasó por la cabeza hasta aquel día.

Sabía que Minhyuk se sentía del mismo modo que él cuando estaban juntos.

—¡PAPI!

Una vocecita desesperada lo sacó de sus pensamientos. Sacudió su cabeza entrando en sí, encontrando a un Junnie mirándolo fijamente con un pucherito.

—Perdóname, mi vida. Papá estaba muy distraído, ¿qué decías? —sonrió.

Junnie negó con su cabecita.

—¿Podemos ir por helado?

Hyungwon arrugó su nariz al ver a su pequeño tan tierno pidiendo su helado con esos ojitos que siempre lo convencían.

—¿Prometes comer toda la comida cuando lleguemos a casa? —entrecerró sus ojos, llevándose sus manos a su cintura.

Junnie asintió muy feliz.

—Sip, sip.

—Muy bien solecito, vamos por tu helado.

Subió a Junnie a sus brazos para poder salir de su apartamento y llegar a su auto. Abrochó el cinturón del asiento para niños pequeños, de la parte trasera antes de subirse al lugar del piloto y conducir.

Junnie observaba por la ventana con una sonrisa emocionada en consecuencia de ir en camino por un helado, su postre favorito.

Hyungwon lo observaba por el retrovisor, era tan tierno su pequeño hijo. Recordó a Minhyuk, y su momento de aquel día...

—Cariño.

Llamó la atención del pequeño ojiazul.

—Mande, papi.

Mordió su labio antes de formular una pregunta que esperaba no fuera sospechosa para su pequeño niño.

—¿Qué piensas de Minhyuk? ¿Te agrada?

Junnie no pudo evitar sonreír y aplaudir al escuchar el nombre de uno de sus adultos favoritos.

—Mimi bueno. Quiedo a Mimi, es especial para mí.

—¿Te gustaría pasar más tiempo con él? ¿Conmigo y con Minhyuk?

Junnie asintió frenéticamente, tanto que Hyungwon temía que su pequeño se lastimara el cuello.

—Sip, sip, ¡SIP! ¿Mimi venir con nosotros? —lo miró con esperanza.

Hyungwon reprimió una sonrisa. En parte le ponía muy feliz que Junnie esté dando de su parte para que pudiera funcionar lo que fuera que estuviera pasando entre él y Minhyuk. Probablemente alguna vez podrían integrar al pequeño, también era hora de que Junnie conociera a Minhyuk fuera del ámbito educativo.

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