ʜᴀɴᴀʜᴀᴋɪ

«𝟜»

🥀 ... 𝐇𝐀𝐍𝐀𝐇𝐀𝐊𝐈 𝐃𝐈𝐒𝐄𝐀𝐒𝐄... 🥀
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Mientras Andrés se encontraba procesando todo lo que pasaba por su mente en esos momentos, una tetera de acero previamente colocada al fuego emitía un especie de silbido indicándole que el agua ya estaba lo suficientemente caliente para servirla en su café

Era domingo por la mañana y nuevamente el mayor de los dos chicos no se encontraba, no le tomó tanta importancia y bajo a prepararse el desayuno, de igual modo aseguró que no tardaría en volver y así como si lo hubiera invocado, la puerta principal fue abierta, dejando ver al chico de cabello oscuro entrando a la vivienda mientras lo veía con una sonrisa

– Buenas tardes Andrés, te acabas de levantar? –

preguntó entre leves risas mientras dejaba sus cosas en el sofá de aquella sala

– ¿Tardes? –

Miró el reloj de la cocina, se quedó observando un rato para después visualizar que el reloj marcaba las 12:30PM, abrió sus ojos como platos y rápidamente se dispuso a desayunar... O bueno... Almorzar

– yo juraba que eran las nueve o diez de la mañana –

Ari entre risas se sentó frente a él en la pequeña barra de mármol que tenían y comenzó a jugar con los rizos de éste haciendo que se despeinara más

– jaja no, a esa hora yo iba saliendo y no quise despertarte porque últimamente te veía muy cansado, así que te deje dormir lo que necesitaras –

Aclaró antes de recibir cualquier tipo de regaño por parte del rizado. Normalmente, si Andrés no se despertaba antes de las diez, Ari lo despertaba para que no se le hiciera tarde, ya que los domingos la madre de Andrés siempre iba a visitarlos y después de eso ellos pasaban el día juntos, era como una pequeña rutina para ambos.

– gracias – musitó mientras jugaba con su cubierto – por cierto, a dónde fuiste? –

No es como si le importase mucho saber lo que hace; sin embargo no iba a negar que sí le traía curiosidad, del tiempo que llevaban viviendo juntos nunca antes había salido un domingo en la mañana y menos sin avisarle a su compañero

– ah, perdón por no avisar, solo... – hizo una pequeña pausa confundiendo a Andrés y haciendo que este lo mirara con una ceja arqueada – s-salí con alguien – tartamudeo desviando su mirada algo apenado, era obvio que ese alguien no tenía ni una mínima pisca que ver con trabajo, era sobre algo más.

– oh... – primera punzada

Un sentimiento extraño invadía el pecho de Andrés mientras aquel dolor agudo se hacía presente también. Tratando de disimular aquello dio una sonrisa y dirigió su mirada anteriormente baja hacia su amigo

– asi que conociendo a una damisela Gonzalito? –

– Andrés, por Dios! – se quejó tapando su cara sonrojada por la vergüenza

Aunque quisiera negarlo, aquellos sentimientos que tenía por su mejor amigo no eran de admiración o cariño, eso ya era por algo más y esto se le podía salir de las manos.

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