Aretes de Margarita

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A Harriet le encantaban los besos

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A Harriet le encantaban los besos.

Le gustaba mucho dar besos, una costumbre que tiene es que cada vez que alguien hace algo de su agrado o lindo a su parecer lo suele llenar de besos.

Sus principales víctimas eran su padre, que cada vez que le daba algún regalo, aunque sea un pequeño chocolate, ella como la buena hija que era se encargaba de agradecerle con besitos por toda la cara y después estaba su amadísima sobrina, que con solo respirar cerca de ella se ganaba una serie intensa de besos.

Hace tiempo que tenía una nueva víctima en su mente, la cual moría por darle, aunque solo un pequeño besito en sus mejillas. Pero, había varias cosas que se lo impedían, primero, lo más probable es que Aylan terminara poniéndole una orden de alejamiento si lo hacía, y segundo, aunque no lo parezca, era tímida.

Así que se resignó por el momento a la idea de darle un beso.

O eso se suponía que haría. Pero nunca contó de que en unos de estos días, un Aylan temblando de nervios se le sentará al lado y le tendiera una pequeña bolsa de regalo.

— ¿Qué? — Pregunte atónita.

— Es un regalo.

Sabía que era un regalo, lo que no entendía era porque se lo daba, sin poder contener más la curiosidad, con una velocidad que incluso a ella misma la sorprendió, abrió la bolsa.

Eran unos aretes.

Pero no cualquier par de aretes, eran unos de margaritas, unos que justamente llevaba deseando hace un tiempo.

— ¿Cómo supiste que los quería? — Le pregunte después de un buen rato de admirarlo.

— Espera, ¿Realmente te gustaron?

¿Que si le había gustado? ¡Le encantaban!

Asentí con deprisa, mirándolo expectante para que me respondiera mi anterior pregunta.

— Bueno, no sabía que los querías, hace un tiempo que estaba pensando en regalarte algo, pero no sabía que podía ser, me fije entonces en lo mucho que te gustan los aretes hasta el punto de traer varios diferentes a la semana y se me ocurrió que sería un buen regalo, lo de la margarita es porque anteriormente me dijiste que era tu flor favorita — Me contestó con una rapidez y un claro nerviosismo.

De repente caí en cuenta de lo que acababa de suceder, Aylan me había regalado un par de pendientes hermosísimos, y había admitido que se fijaba lo suficiente en ella como para darse en cuenta de lo que le gustaba.

— Originalmente, era para dártelo por San Valentín, pero no me lo entre-

No pudo terminar la oración bien y yo ya le había estampado un gran beso en la mejilla, cerca de la comisura de sus labios.

¡Oh Santo Cielo!

¡Había besado a Aylan!

💌

Ya era hora de que pasara algo más que cartas en este par

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Ya era hora de que pasara algo más que cartas en este par.

Lamento decepcionar a los que esperaban otro tipo de beso, pero todavía siento que ninguno de los dos se encuentra listo listo para ese paso.

¿Alguno de ustedes se esperaba esto?

Todo lo que te gustaría de mí (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora