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Narra Neteyam:

-Quería preguntarte que había sido eso de antes, que como has sido capaz de hacer eso?- dije sin mirarla pero sabiendo que ella mantenía su mirada sin saber muy bien como contestar a mis preguntas.

-Bueno, mi clan tiene algo que ver con toso esto- dijo mientras giraba su vista en dirección a su ikran- por donde empiezo.

Observé que le estaba tomando algo de tiempo pensar en cómo podría contármelo. Entendí que podía ser difícil para alguien como ella expandirse con un extraño al que apenas conoce y contarle su pasado. Creía que no me contaría mucho pero empezó por explicarme como era su clan y como funcionaba.

-Yo era la hija pequeña del líder de la aldea mientras que mi hermano mayor iba a ser el proximo lider, de no haber sido por su enfermedad. Ese cargo me iba a tocar a mi por lo que mi madre me entrenó como Tsahik mientras que mi padre me entrenaba como líder.

Pues como ya te conté mi clan, Okxanìwa, era un clan muy poderoso. Cuando nacemos, Eywa nos proporciona un don. Cada don tenía una función diferente en la aldea. Existía el don del agua que lo utilizaban para manejarla y almacenarla, también el don de la tierra que lo utilizaban para crear casas y para los cultivos. Todos tenían una función en la aldea.

Pero había un don que se consideraba maldito, y ese don era el de la electricidad. Por desgracia para muchos cuando nací y vieron que yo poseía ese don, supieron que algo malo iba a pasar.

Mi madre trato de convencer a todo el mundo que no nos pasaría nada, que la voluntad de Eywa no le había dicho que nada malo iba a pasarles. Aun así el pueblo me trataba como un monstruo y no dejaba a sus hijos jugaran conmigo.

Cuando yo tenía ocho años los conflictos entre otras aldeas comenzaron por los territorios. Unos de los clanes con los que nuestro clan tenía problemas eran los clanes del fuego.

Nuestro hogar se encontraba muy cerca de sus territorios y a nuestro pueblo a pesar de ser bastante poderoso era muy pacífico y lo le gustaba recurrir a la violencia. Esto ocasionó que para los clanes del fuego fuéramos un objetivo fácil.

Una noche mientras dormíamos, los Na'vi de fuego atacaron nuestro hogar quemandolo todo a su paso.

Nuestros padres trataron de protegernos perdiendo así la vida. Corrimos lo más rápido que pudimos sin mirar atrás y nos refugiamos en una pequeña cueva por tres días.

Pasamos cinco años huyendo, vagando por Pandora, cazando lo que podiamos asta que la enfermedad de mi hermano, que con mis pocos conocimientos de Tsahik había estado tratando, había empezado a empeorar.

Mi hermano empezó a perder el oxígeno haciendo que no pudiera respirar correctamente y mientras poco a poco moría en mis brazos me suplicaba y me rogaba que quería volver a casa. Yo sin poder hacer mucho más, le intenté tranquilizar diciéndole que pronto estaríamos en casa y que volveríamos a ver a nuestos padres.

Unos segundos después sus pupilas se dilatáron indicando que ya había muerto. Desde entonces supe que era un monstruo con un don orrible que solo causaba guerra y destrucción.- parecía que había acabado de hablar ya que se quedó callada mirando sus manos cuando pude ver una lágrima caer en estas.

-Tu no tienes la culpa de lo que ocurrió en tu clan y menos de la enfermedad de tu hemano- dije mientras la abrazaba para calmarla a lo que ella correspondió mi abrazo para soltar alguna que otra lágrima más en mi hombro.

Su historia es bastante triste, como todo su clan la odiaba, como perdió a sus padre y a su hermano.

-Los dones de nuestro clan, son beneficiosos pero peligrosos para su portador también. Si estos no se utilizan regularmente se van acumulando hasta que tu cuerpo tiene que expulsarlo ocasionándote lesiones- dijo mientras se separaba de mí y hacia referencia a las heridas con las que volvió el otro día.

La Última Na'vi (Neteyam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora