La Última Na'vi (Neteyam)

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Narra Lo'ak:

Al día siguiente tras haber practicado la respiración todos juntos incluida Kyara, me preguntaron sobre lo que pasó fuera del arrecife.

-Ojalá hubiera estado ahí, el mar te ha concedido un don, hermano- dijo Kiri entusiasmada al saber que un Tulkun me había salvado la vida y al haber pasado un tiempo con él.

-Los Tulkun aún no han regresado, y de todos modos un Tulkun no va solo- dijo Aonung contradiciendo mis palabras.

-Pues este sí- dije yo afirmando lo que presencié- creo que le faltaba una aleta, tenia un muñón en la izquierda- dije mientras Tuk sentía pena por el Tulkun mientras que Tsireya no tenía muy buena cara.

-Payakan-dijo para después mirar a sus amigos preocupada- es Payakan.

-Quien es Payakan?- preguntó curiosa Kiri.

-Un macho joven que se reveló, esta desterrado, solo y le falta una aleta- aportó Rotxo.

-Dicen que es un asesino- me dijo Tsireya preocupada.

-No, no- intenté hacerles cambiar de idea.

-Mató a unos Na'vi y a otros Tulkun- dijo Aonung apoyando a su hermana- aquí no, más al sur- terminó.

-No es un asesino- insistí.

- Lo'ak, tienes suerte de estar vivo- dijo Tsireya sin hacerme caso.

-Os estoy diciendo que él me ha salvado, somos amigos- dije y como último recurso utilicé a Kyara quien estaba en silencio- Kyara estuvo conmigo, ella también sabe que no es un asesino, verdad?- dije mientras la miraba.

Esta, al oír su nombre levantó la cabeza y acto seguido todas las miradas de mi familia y de los Metkayina se posaron en ella. No dijo nada y para romper el silencio Neteyam se acercó a mi.

-Mi hermanito, el gran guerrero, que plantó cara al Tulkun asesino y sobrevivió dijo con ánimos de alegrarme pero consiguiendo todo lo contrario.

-No me escucháis-dije tras quitarle las panos de mi hombro que anteriormente había posado, para levantarme.

Después de mirar a Kyara, quien mantenía su mirada en el suelo, y recibir comentarios de parte de Tuk y Tsireya, diciendo que si me escuchaban, me fui de ahí para ir a buscar a mi nuevo amigo, Payakan.

Estaba en el lugar en el que nos conocimos por primera vez junto a mí Ilu llamado a Payakan cuando de repente apareció Kyara.

No estaba muy feliz de verla, ya que, no me había apoyado antes cuando lo necesitaba.

-Perdón por no haber dicho nada- se disculpó nada más llegar montada en su Ikran- pero aunque hubiera dicho que no era un asesino tampoco me hubieran creído- dijo convencida de sus palabras.

-Y como estas tan segura de eso- pregunté cuestionando aún sin mirarla a la cara.

-Ya ves el caso que te han hecho a ti cuando se lo has dicho- me dijo a lo que recordé lo sucedido momentos antes.

Sin yo poder responderla apareció Payakan, saliendo a la superficie tras haber escuchado mis llamados. Salté de mi Ilu para poder acercarme más a Payakan.

-Me alegro de verte- dije posando mi mano en su lomo  para después subirme en su aleta- porqué te desterrados? Qué pasó?- Le pregunté para corroborar lo que me habían dicho.

Tras mi pregunta vi como Kyara bajaba de su Ikran y se sentaba encima de Payakan, para luego tumbarse y mirar hacia el cielo como su supiera todo lo que él Tulkun podría decirme y no le preocupase en lo más mínimo.