¡Baja los humos, rubita! (Bakugo x lectora)

~La pesadilla~

- ¡A COMEEER! - exclamó Mitsuki.

Bajamos las escaleras a toda velocidad y nos sentamos en el comedor donde la recién hecha sopa de miso estaba servida.

- Gracias por la comida - agradecimos al unísono.

Empezamos a comer y la sopa estaba deliciosa por lo que elogié a la señora Bakugo. Ella era muy maja y además, regañaba al pomeranian por eso me caía genial.

Después de cenar estábamos jugando al GTA en la Play 4 de Bakugo y me estaba quedando dormida en el hombro de Hanta.

- Pssss, Tn ¿Tienes sueño? - preguntó el pelinegro.

- Un poco - contesté con los ojos medio cerrados.

- Bakubro, ¿Nos dormimos ya? - propuso Kirishima.

- Como sea. Vosotros vais a dormir abajo en el sofá cama, y vosotras en el cuarto de invitados.

Cogimos nuestras pertenencias y nos guió hasta la habitación de invitados donde había dos camas individuales con una mesita de noche cada una, y un escritorio con un televisor. Me extrañó que nos acompañase pero cuando comenzó a dar gritos me resultó más normal.

Me puse una camiseta de tirantes blanca, y unos pantalones anchos de cuadros blancos y grises. Mina se vistió con un camisón rosa palo que le llegaba hasta las rodillas.

- Hoy ha sido un día muy largo - hizo énfasis en "muy".

- Tengo que contarte algo - le confesé y se acercó rápidamente.

- ¿Por fin me vas a decir que te gusta alguien? - interrogó emocionada.

- No - reí confusa - Es respecto al ataque de Stain y la liga de villanos.

- Oh, ¿Qué pasó?

- Cuando la pelea había terminado, apareció Shigaraki junto a Kurogiri. Intentaron hacerle daño a Izuku pero entre todos conseguimos entretenerlo mientras Endeavor llegaba. Al congelarle los pies para que no se moviera me dijo que debería haber muerto como lo hicieron mis padres. Sigo confundida, pensado "¿Y si alguna vez luchó contra ellos?", o "¿Y si los conocía?"

Mina me dio un fuerte abrazo antes de que siguiera soltando mis paranoias. No estoy segura de qué quiso transmitir con esa muestra de afecto pero se sintió como "No te preocupes, estoy aquí". Le correspondí.

- ¡Ese monstruo no tiene ningún derecho a mencionar a tus padres! ¿Entiendes?

Nos separamos, y reí levemente.

- Trata de no pensar demasiado en eso. A lo mejor te estás haciendo ideas equivocadas.

- Si, tienes razón.

Nos sentamos cada una en una cama de la habitación de invitados de los Bakugo.

- ¿Cuándo vas a soltar por esa boquita que te mueres por Kiri?

La cara de la pelirrosa era un cuadro. Sus ojos y su boca estaban demasiado abiertos.

- Perdón pero no estoy dispuesta a seguir viviendo entre tanta tensión sexual sin decírtelo.

- P-pero, ¿cómo...?

- Sin ofender, ¿eh? Eres muy obvia.

- Ay no, no, no, mierda - se llevó las manos a la cabeza - ¿Crees que se ha dado cuenta?

- ¿Qué? Mina, por muy atento que sea sigue siendo un tío. Créeme, no tiene ni la más mínima idea.

La pelirrosa colocó su mano en su pecho y dio un largo suspiro.