CAPÍTULO 1.

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Bangkok, era una ciudad que se movía rápido. Todos los días había un acontecimiento o evento, el cual solo podían entrar, por supuesto, la alta sociedad. Nacer en una familia de renombre, ya te aseguraba una vida muy activa socialmente, habían familias poderosas, unas más que otras.
La familia Sarocha, ocupaba uno de los lugares más alto de la élite, con empresas al alrededor del mundo, y su sede base en Bangkok, influencias en la política y en la farandula. Era la familia perfecta, o eso daban a notar. Su única hija, su estrella más brillantes, era la comidilla de la prensa, la amaban, y estaban obsesionados con su vida privada. Si salía, con quien salía. Que usaba de ropa, todo. No por nada era una de las mujeres más guapas y cotizada por más de un soltero en la sociedad. Pero todo esto se alejaba de la realidad, era una chica un poco tímida, obsesionada con su trabajo y solo salía con su grupo reducido de amigas, que al igual que ella, estuvieron en un internado en el extranjero y ahí se conocieron, y desde ese momento fueron inseparables. Freen era algo despistada, por eso no escucho cuando sus amigas entraron a su oficina, y la asustaron al hablarle.

-FREEEN- Gritaron todas al unisonido, haciendo que su pobre amiga, diera un respingo por el susto.

-Qué diablos hacen aquí y sin avisar- su mirada podía acabar con la estabilidad de cualquiera.

-No te enojes, bebé, sabes que eres demasiado despistada para darte cuenta que tocamos cómo por media hora.

-Sí, Fefen. Llegamos hace un rato, pero te veías tan tierna mirando a la nada, qué fue un deleite para nosotros- Rodó los ojos con esto último y se paro para darles un abrazo a sus amigas, las única que estaban con ella por su persona y no por su dinero.

-Saben que no pueden ser más insoportables, pero aún así las amo- dijo a sus amigas.

-No me molestaría tenerte así a ti y tu teta, cerca de mí todo el día- insinuó Malee.

Freen se separó rápidamente de sus amigas y golpeó en el brazo a Malee por su comentario. Ella siempre la molestaba.

-Ouch, me dolió. Preeda y yo solo queríamos invitarte a comer, ya que al parecer tienes mucho trabajo y poco tiempo para tus mejores amigas.

-Cierto, de no saber lo frígida que eres, creería que nos eres infiel con otras personas- Reprochó Preeda.

-Yo no soy frigida- replicó Freen.

-¡Lo eres!- Afirmaron esas dos.

Aún así, un poco ofendida con sus amigas por llamarla así, salió con ellas de la empresa, y fueron a un restaurante que estaba en el centro turístico. Había mucho movimiento, la mayoría extranjeros, conociendo la ciudad, o otros, al igual que ellas buscando algo de entretenimiento nocturno.

Llegaron a un restaurante de sushi, pidieron su comida y bebidas. Empezaron a hablar de sus vidas, extrañaba mucho a sus amigas, pero a veces el compromiso que tenía con sus padres y la empresa, no le dejaba nada de tiempo.

-Y entonces, Fefen, ¿cuándo conocerás a alguien?- Preeda soltó, tomándose su cuarto trago.

-Cierto, amiga. Ya es hora que hagas tu vida, y dejes a un lado tanto trabajo. A veces necesitamos quién nos caliente el alma.

-Y la cama.

-No lo sé, saben que siempre me ha costado conocer gente y hacer nuevas amistades- Dijo algo triste Freen. Ella sabía que debía conocer a alguien, a veces se sentía muy sola. Sus amigas eran su única compañía, pero a veces necesitaba otro tipo de calor.

-¡Ya se!- Malee golpeó la mesa, llamando su atención- Iremos a un club, por acá hay muchos y nos divertiremos. Tal vez conozcas al amor de tu vida, Freen.

No le gustaba mucho la idea, ya era algo tarde, y debía despertar temprano por un compromiso que tenía con sus padres. Pero haciendo acopio al poco alcohol que tenía en sus sistema, se levantaron de la mesa y emprendieron la búsqueda de algún lugar a pie.
Ninguno le pareció atractivo, todos se veían repletos de personas borrachas. Pero Malee insistía, hasta que vieron un lugar que se veía un poco más decente.

Para su sorpresa, no era ninguna disco. Sino un bar de stripper, pero por su fachada tan elegante, no sé distinguía.

-No pienso quedarme.

-Oh, vamos. Hemos caminado mucho, necesito sentarme.

-Una vez fui a un lugar de esto, me la pasé bien.

-Intentemoslo, no perdemos nada. Sino te gusta, nos vamos.

Sabía que estaba atrapada, así que accedió de mala gana. Nos llevaron a un lugar que tenía muy poca iluminación, y la música no estaba muy alta. Si no fuera por las chicas y chicos que estaban casi desnudos, sería un lugar agradable.

Su mesa era casi al centro, frente había una tarima con un tubo. Jamás había visto un espectáculo burlesque, si es que se podía llamar así. Pero le dio un poco de curiosidad.

-Creo que deberíamos tomarnos unos cócteles. ¿Te pido un Gin, o prefieres algo más fuerte?- Preguntó Preeda a Freen.

-Un Gin estará bien- No era una persona que tomará mucho, normalmente tomaba vino, pero en un lugar cómo este no creo que se vería muy bien tomar vino.

Muchas chicas se iban acercando a su mesa, siendo muy amables y un poco afectivas. Ofreciendo de una ó otra forma sus servicios, Preeda estaba un poco tomada, así que pidió que le bailaran. Ella se sintió un poco incómoda y empezó a mirar a otro lado, menos a su amiga que se daba con todo con la bailarina. De pronto anunciaron que empezaría un show.

-Oh, cielos. Tetas al aire, y gratis- Río con las ocurrencias de Malee.
Todos se callaron cuando empezó la canción del show, y le prestó más atención al escenario que tenía frente.

Primero salió un chico, y varias mujeres del lugar, empezaron a gritar y tirarles dinero. Incluso Malee, le dio una pequeña faja de billetes.

De pronto, su función acabó y empezó una música más lenta. Salió una chica, un poco menuda. Y empezó a hacer una coreografía un poco sensual, debo admitir.

Se movía con gracia, y con delicadeza. Parecía que la música se había hecho solo para ella y sus movimientos. Poco a poco, se fue acercando más al tubo y empezó a dar vueltas. Había algo tan atrayente en su baile, que no podía dejarla de mirar, mis manos empezaron a sudar. De pronto la chica, hace una voltereta y queda casi que de cabeza, a pesar de la luz, mira hacia delante y enfoca su mirada en mí. Hacemos contacto visual, y me quedé hipnotizada con su ojos marrones.
Mi corazón empezó a palpitar demasiado rápido, y no pude evitar mojar mis labios con mi lengua, eso ella lo vio y me hizo un guiño. Trague grueso, y las dos volvimos a la realidad, sé que fueron segundos que nos quedamos viendo. Pero para mi, hubieran sido horas, y todavía seguiría mirándola.

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