Nagi Seishiro un chico de segundo año de secundaria conoce a través de perder su llavero a una chica de primer año de preparatoria, que al parecer, resultó ser una aspirante a ser boxeadora.
De cierta manera para Nagi le costará acostumbrarse al ti...
Pasos suaves eran los únicos sonidos sobre aquella acera, aquella jóven sostenía entre sus manos su maleta, mientras observaba lo que tenía de frente, había pasado mucho tiempo, que sin darse cuenta, estaba en su último año de preparatoria.
De cierta manera, no ha podido entablar una amistad del todo con sus compañeros del salón, sin embargo, sabía que hay quienes se puede confiar o no.
—Parece que fuera la primera vez que me dirigía al Instituto.. Realmente ha pasado tiempo-. Pues así era el todo cierto, su cabello se lo había dejado crecer un poco, por lo cual le llegaba a la mitad de la espalda, su estatura también aumentó a considerable manera podría decirse 1,72 metros aproximadamente, su cuerpo estaba más en forma, su forma de pensar había mejorado o tal vez cambiado.
Después de todo, sin darse cuenta tuvo que madurar para ser mejor cada día.
No obstante, mantenía características físicas que no eran bien vistos en las mujeres, debido a su estatura y su cuerpo que tenía músculos por el entrenamiento de ser boxeadora, que también estaba a punto de entrar al exámen de licencia para boxeador y comenzar su largo sueño.
Aun así, no era bien vista por varias personas e incluso adultos, constantemente soportaba las burlas o comentarios de todo ello, pero, estaba bien, así tenga miedo o no, ella quería lograrlo.
—El exámen para mi licencia será este viernes.. Debo prepararme-.
Sin más, se dispuso a seguir caminando rápidamente y no invadir sus pensamientos.
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—Bien, pueden irse a cambiar su uniforme para dirigirse al gimnasio, suerte en sus clases-. Habló el profesor de aquella asignatura que se dispuso a retirar, para luego cada estudiante se iba levantando para irse a los vestidores y cambiarse.
—Que aburrido, no quiero tener educación física.. –.
—Tienes razón, ¿qué tal si nos quedamos sentadas en las gradas y vemos a los demás? –.
—Suena bien, te apoyo-.
La azabache normalmente escuchaba aquellas pláticas, había un pequeño grupo de chicas las cuales les daba aburrimiento hacer educación física, aun así, les dejaban pasar, eso que no entendía como así les permiten.
Terminó de cambiarse y prefería adelantarse para ir al gimnasio, sin embargo.
—Espera ____-san–. Una voz femenina la detuvo y volteó a ver, era una compañera, si mal no recordaba su nombre era Seiko Minamoto.
