Restos de inmundicia

Capítulo 132 - Me gustas

Mo Xi levantó lentamente su rostro.

En la tenue luz de las velas, las pestañas de Gu Mang temblaron ligeramente, y sus ojos se abrieron de manera lenta. Esos ojos azules que eran tan profundos como el mar.

Gu Mang se quedó mirando fijamente a Mo Xi, con su conciencia aun perdida. Al ser su instinto la única forma de controlar sus emociones, su rostro se encontraba relajado y suave, tan gentil como debería haber sido siempre su "Gu Mang-Xiong"

"Mi princesa... ¿por qué lloras...?"

Murmuró entre suspiros, pero antes de que Mo Xi pudiera responder, la expresión somnolienta de Gu Mang desapareció, y poco a poco se despertó. Su rostro rápidamente reflejó toda clase de sentimientos: asombro, miedo, persistencia, crueldad y arrepentimiento... cada emoción era un fragmento del pasado que surgía como una fuerte marea, arrastrándolo y llevando lejos la ternura de sus ojos.

Después de que toda emoción se desvaneciera, Gu Mang se levantó de repente y retiró su mano del agarre de Mo Xi. En su rostro estaba de nuevo aquella máscara cruel que solía usar. "Mo Xi, ¿estás loco? ¿Quién te pidió que fueras a la habitación Antidioses a buscarme? ¿Tú no sabes que...?"

Rápidamente fue interrumpido por el repentino abrazo de Mo Xi. El fuerte y cálido abrazo de este hombre logró sistenerlo con fuerza, como si lo estuviese rescatando de las frías aguas de un gélido lago congelado, abrazándolo para mantenerlo en este mundo primaveral que no había visto en mucho tiempo.

Los ojos azules de Gu Mang se abrieron repentinamente. Estaba tan sorprendido y asustado por el fuerte abrazo de Mo Xi, que se olvidó de lo que originalmente quería decir.

Mo Xi lo abrazaba con fuerza, apoyando su barbilla en la parte superior de su cabeza, besando y acariciando constantemente su cabello.

"Ya lo sé todo."

Esa simple frase hizo que todo el cuerpo de Gu Mang se tensara terriblemente. Trató de empujar el cuerpo de Mo Xi, pero antes de siquiera poder utilizar la fuerza, sintió el cuerpo de Mo Xi temblando ligeramente, diciendo con voz ronca:

"Shixiong, no digas más palabras estúpidas y no vuelvas a hacer cosas estúpidas."

Gu Mang se sentió perdido.

Durante muchos años, se había estado engañando extremadamente bien; se había forjado el caparazón más duro para que el mundo pudiese ver solo su fría determinación, odio y crueldad. Pero cuando despertó, descubrió que el disfraz que él mismo había construído con tanto esfuerzo y dedicación, había sido destrozado en pedazos, que al hombre a quien más quería proteger, apareció frente a él con los ojos rojos, extendiendo la palma de su mano para tocar su blando corazón, sin oportunidad de escapatoria.

Instintivamente quiso negarlo todo: "Mo Xi, no sabes nada al respecto, además ¿qué tienen que ver mis asuntos contigo? Ya no somos los mismos de antes. Yo soy... ya no es... simplemente..."

En respuesta, Mo Xi puso la mano detrás de su nuca y dijo con voz gruesa y nasal: "No eres ese tipo de persona en absoluto".

Gu Mang: "..."

Ambos parecían estar separados por una gruesa capa de hielo: Mo Xi, quien se encontraba afuera, trataba de alcanzar y abrazar al Gu Mang que se encontraba atrapado en las profunidades del gélido hielo. No importaba cuán congelada estuviese la capa, Mo Xi se negaba a retroceder, por lo que el hielo se fue derritiendo cayendo en pedazos poco a poco.

"Nunca quisiste asesinar a nadie, no querías crear disturbios ni peleas. Nunca pensaste en matarme o en querer vengarte de nadie..."

La voz de Mo Xi era baja. Estuvo llorando todo el tiempo mientras Gu Mang se encontraba dormido, pero ahora que Gu Mang se había despertado, había dejado de hacerlo. Gu Mang ya había sufrido suficiente, así que no quería dejar que esta suave y dura persona se preocupara o sufriera por él.