Capítulo 122 - El largo invierno llegará a su fin.

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El dolor fue tan agudo como una grieta en el suelo, que explotó desde su corazón y se expandió por todo el cuerpo.

En los históricos Pergaminos de Jade, Mo Xi se arrodilló sobre una rodilla y trató de sostenerse, pero se atragantó con la sangre.

La Prisión Imperial frente a él desapareció, y solo quedó una vaga luz y sombra. Quizás no era luz y sombra, sino su visión borrosa. El Pergamino de Jade le robaba constantemente su qi espiritual, desgarrando su carne y sangre. El dolor y el sufrimiento de su alma eran como un torrente de agua de mar que se vertía despiadadamente en el corazón.

La fría voz del Pergamino de Jade volvió a sonar, arremolinándose en sus oídos.

"Los pergaminos son inestables. Si insistes en leer; la sangre y la carne se desgarrarán, y tu cuerpo dañado resultará..."

...

Tu cuerpo dañado resultara ...

¿Qué más daños podría sufrir? ¿Qué desgarramiento o tortura podría ser más dolorosa que la verdad?

Gu Mang fue un funcionario leal con una misión, uno que tuvo que enterrarse en lo más profundo del sucio barro. Sabiendo y escondiendo toda la verdad; rompiendo sus dientes y tragando la espesa sangre.

Él quería ayudar al mundo del cultivo y a la gente común... pero fue pisoteado... pisoteado, sumergido y reducido en cenizas.

Acababa de reconocer a un verdadero hermano...

Mo Xi comenzó a toser sangre; apretó su garganta y se atragantó con sollozos. Sus pestañas temblaron y las lágrimas salieron de sus ojos cayendo por sus mejillas. Estaba a punto de derrumbarse: En esos momentos, Gu Mang...

¿Cuáles fueron sus pensamientos? ¿Cuán grande habrá sido su dolor...?

Gu Mang acaba de reconocer a un hermano. Su único hermano en la vida, al que llamó da'ge... sería enviado a la horca. Él sabía que su hermano mayor era inocente, pero no podía hacer absolutamente nada ante la injusta verdad.

Cuando Gu Mang sonrió y reconoció a Lu Zangxing como su hermano. ¿Qué estaba sintiendo?

¿Qué tipo de herida podría existir en el mundo que doliese tanto o más que la cruda tristeza de saber que te convertirás en un espía? Que a los ojos del mundo te convertirás en un traidor de la nación...

El conocimiento no lo hizo hablar, y el amor tampoco.

Sus manos... fueron obligadas a ser manchadas con la sangre de sus camaradas y compañeros de mismo cargo.

Tuvo que sobrellevar a todos lobos que le rodeaban furiosamente... que le asechaban como carroñeros, en una tierra por la que dio su vida para protegerlos... ¡y aun así tuvo la fuerza para sonreír y hablar alegremente!

Tuvo que soportar las lágrimas y el dolor de la gente de su país de nacimiento; el llanto de los bebés, el grito de los soldados. Tuvo que soportarlo con una máscara indestructible, sin derramar ni una lágrima... tenía que hacerlo con mano dura, sin un poco de vacilación o tristeza visible.

¿Cómo pudo sobrellevarlo...?

Su Gu Mang, su Gu Shixiong. El General Gu del primer ejército. Una persona que sin duda sostendría un pergamino con el nombre de todos los muertos para memorizar el nombre de cada alma perdida en Chonghua.

Su Gu Mang... siempre tan gentil, tan amable y sonriente. Siempre agradecido y amando cada momento de la vida.

Era una persona que no se atrevía ni siquiera a lastimar una pequeña flor en el campo de batalla... pero que fue obligado a usar su cuchillo para perforar la carne, tocar y oler la sangre fresca en sus propias manos, ¡¿por qué mejor no apuñalar su corazón?!

Restos de inmundiciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora