El informante

1K 174 36
                                    

Pov: Myoui Mina.

Mi esposa pasó los últimos dos días en cama, durante ese corto periodo de tiempo prácticamente me prohibió el volver a tocarla justificándose con que había sido culpa mía el que ahora ella no fuese capaz de salir de la habitación aun cuando era evidente que si podía levantarse. Durante esas cuarenta y ocho horas me la pase prácticamente en el cuarto a una distancia prudente notando como ella ni siquiera era capaz de sostenerme la mirada sin bufar fastidiada, por un momento realmente creí que jamás me dejaría estar cerca suyo, pero en el momento que me disculpé y noté su rostro sonrojado supe que había bajado las defensas, así que comprendí que la única manera de poder acercarme era de esa forma. Lamentablemente, mi plan no fue del todo un éxito, a pesar de que fui capaz de recostarme bajo las sábanas, ella no dudó en manifestar su deseo de tener al mocoso junto a nosotras, la idea de tener un ser humano estorbando entre las dos realmente me irritaba, pero si llegaba a expresar mi descontento sabía a la perfección que ella no dudaría en echarme de mi propia habitación, y ahora que había probado el exquisito sabor del matrimonio, no había forma de que yo durmiera lejos de su cálido cuerpo. Como era de esperarse Seungwoo tras escuchar el deseo de mi esposa este no tardó en estar entre nosotras, yo lo miré en silencio viendo atentamente como él me miraba con cierta desafío quizás esperando de que dijera algo al respecto, pero al notar mi sepulcral silencio simplemente me dio la espalda presionando su frente contra el esternón de mi esposa para reafirmar la ventaja que había entre los dos, el deseo de querer agarrar del cuello de su pijama y lanzarlo fuera del cuerpo de Nayeon inundó maliciosamente mi mente, pero rápidamente recordé el extraño pacto que habíamos creado entre ambos, así que omití comentarios girando mi cuerpo para darle la espalda ambos.

Creí que estaría más tiempo al lado de Nayeon, pero para mi desgracia a la mañana siguiente Chan no tardó en ingresar en la habitación afirmando que era necesaria mi presencia en el despacho; yo sabía por el tono de su voz y la preocupación corriendo violentamente a través de sus ojos que debía ser algo importante, pero aun así no pude evitar el tener el deseo egoísta de ignorar su pedido. Francamente, la idea de dejar a mi esposa en compañía de Seungwoo me irritaba, no quería que el mocoso creyera que tenía preferencia por sobre mi existencia, pero seguía siendo la Gran Duquesa, así que, como tal, debía hacerme cargo del trabajo que me correspondía aun si eso no era precisamente de mi gusto. A regañadientes abandoné la cama y fui directo al baño donde las sirvientes diligentemente habían dejado mi ropa de cambio. Como de costumbre tras ducharme y asearme, me dirigí a mi despacho sintiendo por primera vez en la vida cierta soledad en el interior de esa lúgubre habitación. En silencio fui recibida por Chan quién rápidamente cerró la puerta detrás de mí, rápidamente, y como de una rutina se tratase comenzó a parlotear a mi lado queriendo informarme todo lo que había pasado durante mi pequeña ausencia. Ignoré gran parte de sus palabras, no me importaba que los demás nobles del Norte quisieran pedir una audiencia conmigo, sabía que querían continuar tratando de unirme con alguna de sus hijas, usando como excusa que mi matrimonio con Nayeon aún no había sido aprobado por la iglesia, pero ellos no tenían el poder ni mi interés suficiente como para conseguir que yo cambiara de opinión.

Suspiré a la vez que me sentaba frente a mi escritorio observando con cierto interés los papeles que Chan estaba adhiriendo contra su pecho. Me mantuve en silencio manteniendo toda mi atención como él, visiblemente temeroso simplemente tomaba una buena bocanada de aire, para luego estirar sus manos dejando las hojas sobre la mesa.

—Es la información que los espías pudieron recabar de la casa del Marqués—mis ojos se ampliaron tras escucharlo a la vez que, con cierta ansiedad decidía inclinarme agarrando entre mis dedos las hojas para darle una rápida ojeada notando que todas estaban completamente rellenas por palabras—hice que cada uno de los informantes hicieran un reporte... y luego los junté para que fuese coherente—seguía explicando a la vez que yo me inclinaba agarrando los lentes que generalmente utilizada cuando debía leer grandes cantidades de textos y los dejé sobre el puente de mi nariz—Duquesa...

La Tirana del Norte [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora