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Néstor terminaba de arreglarse para salir a cenar junto a su hija y Christopher, podía ver a este último hablando muy animado, pero a la vez nervioso y misterioso, se acercó a pasos lentos, tratando de no hacer ruido tratando de escuchar algo, pero fue imposible

—Hubby —habló para llamar su atención

—Hablamos después —dijo muy rápido, colgó y lo miró— Dime

—¿Todo bien?

—Sí, sí ¿hay algo mal? —sonrió

—Ammm no, creo que no... ¿Con quién hablabas?

—Con nadie —el chico lo miro con seriedad y confusión, por lo que se dio cuenta de su error— Con... Con Romy

—Ah, ok —expresó no muy convencido— Diana ya nos espera

—Ahorita voy, sólo le mando algo a Romina y nos vamos, sólo dame unos segundos

Néstor se alejó, claro que se quería confiar en Christopher, pero no tenían una relación formal que le debiera fidelidad y el pensar que tal vez le estaba mintiendo lo hacía sentir inseguro y más cuando veía que ponía toda la atención al mensaje que escribía y se le escapaba una pequeña sonrisa, claramente a nadie le gustaría sentirse así. Vélez alzo la mirada y encontrándose con un Néstor menos emocionado, por lo que guardó el celular sin esperar la respuesta y caminó hasta él, para darle un abrazo tomando desprevenido a su aún amigo

—¿Nos vamos?

—¿De verdad está todo bien? —cuestionó Aguirre, quería que le fuesen sincero

—Claro que sí hubby —sonrió y le dio un beso en la frente— ¿Confías en mi?

—Sí, pero

—Todo está bien te lo juro —lanzó dos besos al aire y Néstor se acercó para darle un beso de piquito.

Tal y como lo dijo Aguirre, Diana ya los esperaba. Ya era de noche así que se dirigían a cenar, el consumo de alimentos era bastante entretenido para la menor, ya que estaba siendo la consentida de la noche, quien los viera podría asegurar que conformaban una bonita familia. Sin embargo, Néstor no dejaba pensar en lo sucedido momentos antes, Vélez le estaba ocultando algo o alguien.

Terminaron la cena y volvieron al hotel, no duraron mucho despiertos, cayeron en un sueño profundo a excepción del ecuatoriano que estaba un poco nervioso, las horas pasaron y el amanecer llegó, se levantó con cuidado de no despertar a su amigo.

—Te juro que valdrá la pena —susurró, le dio un beso en la frente, tomó sus cosas y salió de ahí

Al despertar el mexicano se dio cuenta que a quien abrazaba era una almohada, volteó hacia la cama de su hija, la menor se encontraba ahí tomando su biberón, aun tenía los ojos cerrados por lo que supuso que no tenía mucho de haber despertado. ¿En qué momento Christopher se había ido? Revisó su celular, pero no tenía nada de él. El servicio de desayuno llegó, padre e hija lo degustaron. Aguirre seguía esperando a su hubby, pero no había rastro de él, supuso que estaba trabajando y que estaba muy ocupado.

Un par de horas después, Diana le pidió ir al parque, lo pensó mucho, pues tenía miedo de encontrarse con su madre, pero no se negó, ya que así podían distraerse un rato, se cambiaron la ropa, peinó a la niña, al estar listos salieron de aquel hotel, cuando estaban por cruzar la calle, alguien los llamó

—¡Nintendo!

—Zab, hola —dijo al voltear esperando encontrarse con Chris, pero no fue así

—¿A dónde van? —miró a la pequeña

Tú Si Sabes Quererme | NestopherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora