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Las primas Mondragón estaban hablando muy animadas cuando escucharon como la puerta era abierta, seguido de eso, el señor José entraba junto con Néstor, lo abrazaba por los hombros y Aguirre llevaba a Diana quien dormía, los dos también charlaban

—Mi mamá siempre me dijo que era mejor llevarlo al mecánico antes de meter mano, pero si usted dice que sólo es eso, yo le ayudo

—Si, será rápido, me intento ayudar Ro y mi esposa, pero no pudimos, porque me hacia falta la pieza que te digo —explicó el señor

—¿Por qué tan sonrientes? —preguntó Romy

—Néstor ya tiene trabajo

—¿En serio? ¿Dónde? —siguió la señora Dolores secándose las manos

—Pues hablé con mi amigo de la nevería

—¿El señor Napolitano?

—¡Rocío! —le reprendió el señor— Se llama Hipolito —el chico quería reírse por el juego de palabras de su amiga— Bueno, hablamos con él, acepto en darle empleo y empieza mañana

—Felicidades, Nés —dijo Dolores caminando hacia él para darle un abrazo— ¿Y ahora por qué esta pequeña duerme tan temprano?

—Es que se despertó desde las seis y ya no pudo dormir, como Renato se acostó encima de ella, se despertó asustada

—¡Romina! —le dijo su mamá

—Perdón, olvide cerrar mi puerta

—No es su culpa, tampoco nosotros cerramos la puerta y además somos los invasores de su espacio

—Ustedes no están invadiendo nada —habló José y después tomó a Renato el gato— Y tu muchachito no andes molestando a la niña, está chiquita —le dio un beso en la cabeza, recibiendo como respuesta un maullido

—Pero a mi no me molesta, papá —dijo Romina y los demás rieron.

Las horas pasaron, Romina y sus papás salieron hacer compras para preparar la comida, Diana despertó y quiso acompañarlos, Néstor no se opuso, él decidió quedarse con Ro, además que quería acomodar la ropa que había lavado

—¿Emocionado de empezar a trabajar? —cuestionó Ro limpiando un mueble

—Algo, también un poco nervioso, no quiero dejar a Diana, pero también lo hago por ella, pues ya se sumaran los gastos de su escuela, ya entra en unos meses al jardin de niños

—Es cierto ¿Y tú no has pensando en también volver a estudiar?

—Mientras no tenga algo estable yo creo que no ¿Y tú? ¿No quieres entrar a estudiar?

—Aún no sé para que soy buena, pero si, claro que es lo que más quiero... Oye y aprovechando que estamos solos

—No, no me gustas y estás algo chica para mi

—Pendejo —soltó sin pensarlo provocando las risas de su amigo

—¡Oye!— dijo tratando de sonar ofendido

—Me exalte. A lo que iba... Si quieres contarme bien, sino pues equis, ¿Cómo te diste cuenta de tu orientación?

—Oh eso —se acomodó en el sillón en que estaba sentado— Igual, de niño, no sé si esté en lo correcto, pero a veces pienso que para los hombres es un poco más ¿difícil? No sé... Muchas veces somos más crueles con las ofensas, ¿sabes? Si vemos a un niño siendo muy "débil", cursi, muy cuidadoso con su aspecto físico empiezan las ofensas, que "gay", "puto", "joto" ¿me explico? Con otros hombres no podemos ser así, porque se asustan

Tú Si Sabes Quererme | NestopherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora