Mi chica es una bomba

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Para poder definir a Anya Forger en una palabra creo que sería decirle que es una bomba, muy alejado de lo que sucedió en el autobús escolar, ella es explosiva pero no de mala manera, sino que cada que algo sucedía ella era una explosión de calidez y bondad, era algo que Damián valoraba en su vida y no solo él, también su grupo de amigos disfrutaban esa sensación embriagadora de calidez.

¿Pero desde cuando Desmond empezó a decirle así?, bueno fue el día de su cumpleaños, ya que apareció corriendo en el dormitorio con una caja enorme mientras Becky cargaba su mochila.

¡¡DAMIÁN!!—grito por los pasillos—¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, TE TRAJE PASTEL!!

Sus mejillas estaban sonrojadas, se veía con la respiración agitada por tanto correr y a pesar de eso se veía tan hermosa ante los ojos ámbar del chico.

Anya—tomo la caja—gracias

Espero te guste, lo prepare con mi papá, pero me desperté muy temprano para decorarlo, aunque mi hermano quería un pedazo no le di—se burló mientras recordaba la escena donde el pequeño rubio maldecía a Desmond

El chico le dio la caja a su amigo rubio que estaba al lado de él y procedió a abrazar a la pelirosa como si su vida dependiera de eso, era suave y cálida, su corazón latía demasiado rápido al hacer eso y su mente era un sinfín de emociones ya que recordó que antes de que ellos fueran novios su cumpleaños solo recibía regalos de otras personas que buscaban favores, pastel de Emile y Ewen, pero más noche solo recibía la llamada de su hermano y su madre para felicitarlo, era algo sencillo ya que prefería pasar su día con las personas que en serio lo valoraban como persona y no por su apellido, pero igual recordó las veces en las que Anya a pesar de no ser de su círculo cercano solo le llevaba un pastelillo con una velita para que soplara y pidiera un deseo, el cual después de muchas velitas ahora estaba cumpliéndolo.

Te amo—la abrazo fuertemente

Te amo también—correspondió el abrazo fuertemente

Tortolitos—Becky hablo—estamos acá

Ah—se sonrojaron y se soltaron

Bueno, hoy creo que Damián no nos necesitara—sonrió con algo de tristeza Emile

Claro que si—los observo—saliendo de la escuela quiero que comamos pastel en la cafetería, igual tú debes de venir Blackbell

No esperaba menos—se burló la castaña con amabilidad—nos vemos entonces

Los 5 caminaron hacia el salón de clases después de dejar el pastel en el refrigerador que tenían en su habitación, Becky platicaba con Ewen y Emile sobre cosas de su novela de Berlint Love, la cual ambos chicos se habían vuelto fans por culpa de ella, mientras que Anya y Damián solo caminaban mientras tomaban su mano.

Al llegar al salón todos se separaron para llegar a sus lugares, el profesor entro y felicito a Damián antes de iniciar la clase, luego todo fue lo más tranquilo, aunque las matemáticas que estaban viendo se estaban volviendo demasiado complejas, no querían pensar que pasaría cuando llegaran a matemáticas avanzadas.

Cuando la clase termino, los 5 se esperaron en el pasillo para ir por el pastel y llevarlo a la cafetería, al llegar Anya coloco las velitas de cumpleaños con el número 17 y todos cantaron las mañanitas, el peliverde sonrió y pensó en su deseo para poder soplar la velita, aunque sabía que ahora tenía todo lo que él había deseado, pero luego pensó en el futuro, en ese donde Anya estuviera casada con él y tuvieran una familia feliz, donde nadie sufriera lo mismo que ellos a su edad.

¿Qué pediste? —se sintió con curiosidad Blackbell al ver que su mejor amiga estaba sonrojada hasta las orejas

Nada—se abochorno—nada chismosa

No idealices el amor románticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora