Rebirth: gobernare desde la obscuridad

capítulo 25

En los siguientes días habían pasado muchas cosas, cuanto más pasaba el tiempo, más se acortaba la fecha de la ruptura de mazmorras.

En este tiempo, la emperatriz no solo se ha hecho muy cercana a los amigos de la dueña original si no que también ha hecho arreglos para ir a la capital, para ello ya contaba con xia Ying la amiga que la cubriría para que su tía Su ming no sé preocupara.

Reviso una llamada de un número desconocido, aunque la llamada no está registrada sabe perfectamente de quién se trata, Mu xue un mayordomo joven que compro en el mercado negro, la otra parte no la conocía pero ella a él si.

-Lord, todo está listo- se escuchó una voz varonil en sus oídos, la curvatura de los labios de Lin yezhi están levantados, este hombre es muy eficiente, es lo que le gusta.

- muy bien, te veré mañana.- contesto, después colgó sin dejar que la otra persona dijera más palabras.

Cuando su ming llegó a la casa, Lin yezhi la estaba esperando en la sala.
No es muy tarde, apenas son las 7 de la tarde, es raro que su ming llegué tan temprano.
Cuando le iba a preguntar, solo dijo que llego temprano por qué no había mucho trabajo hoy pero mañana no regresaría a casa hasta la madrugada.

-Tia, no te esfuerces demasiado, estamos bien, nesecitas descansar un poco.- menciono la emperatriz.

- Mi pequeña niña estoy tan feliz que te preocupes por mi- la manera en la que su ming miraba a la emperatriz era demasiado dulce, dando un abrazo a su sobrina, se sentía feliz.

-Tia estás muy agotada, ve a darte una ducha y baja, prepararé algo de comer.

-mi bebé me cocinara por primera vez!- grito orgullosa su ming.

-si, si, ahora ve- empujó de manera leve a su tía en señal de que mientras más rápido mejor para que pudiera descansar.

Mientras su ming tomada la ducha, Lin yezhi no perdió el tiempo, inmediatamente preparó una comida ligera para su tía, la comida sobre la mesa se miraba exquisita, incluso mejor que la presentación en los restaurantes de 5 estrellas.

30 minutos más tarde, su ming bajo viendo de manera atónita la comida, su estómago rugió exigiendo ser alimentado, el primer bocado que dió fue un bumm! El sabor era tan delicioso que no pudo parar hasta terminar de comer.

-lo siento zhizhi, tu comida es tan rica, dónde aprendiste a cocinar?- de manera curiosa la tía comenzó a hacer muchas preguntas.
Lin yezhi solo contesto de manera breve.

- mi maestro me enseñó.

-Quien es tu maestro?- volvió a preguntar su ming.

-El...ya no esta- la emperatriz fingió estar triste, su ming no pregunto más, su sobrina se había vuelto más vivaz estos días que no quiso que ella recordara cosas incómodas.

-esta bien, no nesecitas decirlo zhizhi- su ming le dió una sonrisa amablemente comprensiva.

La emperatriz le gusta mucho esta tía por qué es tranquila y comprende la situación de manera rápida.

-Tia voy a quedarme en casa de Xia Ying por unos días, se lo prometi- aviso la emperatriz.

- Está bien, te portas bien y no hagas travesura- su ming acepto de manera rápida, por fin su sobrina interactúa  más, estaba feliz de que comenzará a socializar con sus amigos y no se quedará sola en casa. Sabe que su sobrina se siente muy sola por lo tanto no se opuso.- es suficiente el dinero que tienes? - tomo su billetera para sacar más dinero.

- es suficiente, no te preocupes tía, si me hace falta te lo haré saber.- detuvo a su tía de manera inmediata.

-bien.

- ve a descansar tía, acabo de aprender a hacer masajes, te daré uno.

Su ming acepto gustosa, al llegar a la habitación, se acostó de espalda, las pequeñas manos de la emperatriz se movieron de forma profesional, la tía se quedó profundamente dormida.

A la mañana siguiente cuando despertó, se sentía renovada, bajo a la cocina y vio una nota.

Tia, te deje el desayuno en la mesa, me quedaré en casa de Xia Ying. No te esfuerces demasiado.

Sonrió al leer la nota, las clases empiezan temprano así que no sospecho que la niña estaba sentada en primera clase dentro del avión dirigiendose a la capital.

***
Al lado de la emperatriz está Mu xue el mayordomo, al principio cuando conoció a su empleador se sorprendió, era muy pequeña y bonita, nada que ver con su apodo "Lord".

-Lord trajo todos los papeles?- pregunto Mu xue.

-si- respondió dándole un maletín negro- si lo pierdes te mataré- advirtió la emperatriz.

-no me atrevo- contesto de manera segura aun por dentro solo el sabía el escalofrío que sintió. Está persona no es simple pensó. Sin darse cuenta que quién pudiera comprarlo no era una persona ordinaria, para empezar su precio superaba los 30 millones de yuanes, y esto solo era el mínimo.

Después de unas horas el avión aterrizó.
Un auto estaba esperando por ellos.

Mu xue: "a dónde iremos primero señorita?".

Lin yezhi : "ve al departamento".

El auto giro a la derecha en dirección a la ciudad, el departamento del que hablaban estaba en el centro, ya lo ha comprado y está registrado a nombre de su ming.

Cuando llegaron ambos subieron, todo está arreglado, la eficiencia y elegancia de Mu xue están en otro nivel.
Desde el principio llegaron a un acuerdo, el era completamente suyo, el debía servir a la Emperatriz en todo.
Ella le dió una nueva identidad, lo saco de ese maldito lugar al que nunca volvería por qué ahora le pertenece.

Lin yezhi: "tomaré un baño, ayúdame"- ordenó.

Mu xue asintió en señal de afirmación, preparo la bañera.

Mu xue:" el agua está lista, señorita".

La emperatriz se desvistió enfrente de el, Mirando sus atributos se sintió mal, estaba completamente plana, aún era una niña ni siquiera había llegado su periodo. Cuando entro a la bañera con la ayuda de su mayordomo.
Al sentir el agua se relajo, se sentía como los viejos tiempos, en ese tiempo no solo había un mayordomo, habían cuatro que la asistían en el baño.

La emperatriz jamás imagino que en un futuro no solo el villano se sentiría celoso de su mayordomo si no otros hombres también comían grandes tarros de vinagre y el pequeño Lan solo suspiraba.

Con una suave esponja Mu xue lavo  cada parte del cuerpo de la emperatriz, un sonrojo apareció en su rostro, pero como la distraída emperatriz  se perdía en sus pensamientos no lo noto. Por otro lado Mu xue jamás imagino que otros desearían quitarle su trabajo.
El baño termino de manera agradable, después de estar lista fue el turno del mayordomo de darse una ducha.

En la pequeña oficina la emperatriz compraba y vendía acciones, arrasando con todo el dinero que podía obtener.

Su fortuna cada vez crece más.