Capítulo 16

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Mi vida hasta ahora ha tenido más bajos que altos y aunque no reniego, no pasaría nada si las cosas hubiesen pintado un poco mejor. Pero si para estar entre sus brazos tengo que pasar todo de nuevo lo haría sin pensarlo dos veces. Se lo dije el día de la horrible pesadilla y es el mejor adjetivo para describirla, es mi ángel. Un ángel un poco atrabancado pero mío, sólo mío. Desde que el día que me dio su suéter para que me limpiara la cara llevo un diario; escribo todo lo que me hace sentir, cómo es, sus gestos, sus muecas, sus repuestas tan perspicaces, su extraño sentido del humor, todo. Y a veces siento que no hay suficientes palabras para describir a mi Lisa.

Hace unos minutos terminé mi entrada en el diario; escribí acerca del día que me permitió quedarme en su casa a dormir con ella; hace exactamente una semana. Fue tan respetuosa, tan gentil, tan amable, ella es todo lo contrario de lo que proyecta. La chica mala es una fachada para un tierno oso de color rosa; aunque le cueste admitirlo. A pesar de que le dije que necesitaba que me abrazara nunca tomó la iniciativa, ella entiende a la perfección que los roces sorpresivos me hacen daño pero no el de ella. Nunca me sentiría mal al sentir su piel contra la mía.

Descubrí que estando cerca de ella las pesadillas no aparecían, era como si le tuvieran miedo a su luz. Era como si los demonios le temieran a Lisa. Era como si él, la respetara tanto como para irrumpir con su presencia mientras estaba con ella. Lo comprobé cuando me llevé su playera pero lentamente su olor se fue desvaneciendo y las pesadillas regresaron. Antes de correr a ella los días habían sido sumamente difíciles; ni siquiera le dije a papá, no lo quería preocupar y mucho menos quería preocupar a Lisa. Suficiente tenía con el resfriado que aún la acosaba, el dolor de su costilla y su, no admitida, preocupación por las acciones de Baeby contra nosotras.

Baeby, solía llamarla así cuando recién nos conocimos era una chica algo engreída pero tolerable. A pesar de siempre haber puesto barreras sociales entre el resto de nuestros compañeros de ninguna manera podía imaginarme que terminaría siendo el horrible ser humano que es ahora. Incluso varias veces me invitó a comer a su casa y conviví con ella y su papá. He de decir que el doctor era algo serio y rara vez lo vi sonreír, eso no implicó que fuera descortés conmigo, todo lo contrario. Pero las cosas cambiaron y ahora Baeby me odia y al doctor hace mucho que no lo veo.

Suspiré fuertemente, buscando aplacar mis emociones. El iPod de Lisa marcaba que eran pasadas de las tres de la mañana. Tenía aproximadamente cinco horas que no veía a la chica alta y ya la extrañaba. Hoy, como los últimos días hemos platicado hasta el cansancio y cada vez confirmo más lo que ya sé; la quiero y quiero todo de ella. Todo lo que ella es. Estoy muy pero muy joven pero sé que no quiero a nadie más en mi vida que no sea Lisa Manobal.

Y el darme cuenta de eso fue lo que desató mi insomnio; se irá. Algún día vendrán por ella y no la veré más. No escucharé su voz, no la abrazaré, no sentiré su dulce olor, mi corazón no se pondrá loco al escucharla llamándome cariño y yo no sonreiré como tonta al saber que la voy a ver. Y aunque todos los días se asegura de decirme que me quiere y llenarme de millones de elogios no creo que yo sea suficiente como para que ella quiera quedarse. Quizá mi baja autoestima o mi instinto pero algo me dice que Lisa no regresará por mí cuando se vaya.

Así que tomé la decisión de aprovecharla al máximo, de estar con ella tanto como se pueda, de conocer de ella tanto como pueda. De que no sea sólo un vago recuerdo sino que sea el recuerdo más tangible, más perfecto y el más hermoso que tenga. En dos días es su cumpleaños; ya tengo sus regalos listos. Yo sé que le encantarán pero hay uno más que no sé si sea lo mejor. No quiero apresurar las cosas pero también sé que corremos contra el reloj y no quiero quedarme con preguntas sin contestar.

Seguí su consejo, puse el modo aleatorio y dejé que el aparato de música hiciera su trabajo. La música que tiene aquí la describía a la perfección, algunas toscas y con mucha energía, otras muy lentas y apasionadas, otras tan sublimes que traen a ti los sentimientos más hermosos que puedan existir. Esa era mi Lisa, un poco de todo. Rápidamente me hice fan de varias de las canciones que tiene y aunque a muchas las entendía por partes, me agradaban las voces o la música. Pero lo que más me gustaba era sentirme cercana a ella a través de la música que era tan importante en su vida. Con esto por fin encontré mi camino al mundo de los sueños.

LA HIJA DEL PASTOR - ADAPTACIÓN JENLISA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora