—¡¿Qué te pasa, enfermo?!
Lisandro apretó los puños, quedándose quieto en su lugar mientras veía como Cristian se acercaba a él a pasos largos debido a su maldita altura. Su mente estaba entrando en cortocircuito, deliberando si debía esperar al enfrentamiento con el cantante, o en realidad ya debería estar huyendo rápidamente en su auto para nunca volver en su vida.
No hubo mucho tiempo para decidir qué hacer, porque Cuti estuvo en pocos segundos frente a él luego de abrir la puerta de la valla de hierro ubicada en la entrada exterior de su propiedad.
El cordobés tomó el cuello de su remera en su puño y lo acercó hasta su cara, mirándolo desde arriba. Sus ojos marrones se conectaron.
—¿Ahora no decís nada? —le preguntó Cuti, sintiendo la ira crecer en su cuerpo— ¿Qué? ¿Te comieron la lengua los rato-?
Lisandro le escupió.
Cristian corrió la cara a un costado, la sonrisa cínica creciéndole lentamente. Agarró el extremo de su remera para limpiarse la mejilla, dejando su marcado torso al descubierto, aún sin soltar a Licha. Volvió a mirarlo a los ojos, ahora con una sonrisa de costado.
Esa maldita sonrisa que Lisandro tanto odiaba.
Cristian apretó el agarre en el cuello de su remera y le puso una mano en la parte baja de su cara, apretando con sus dedos su mandíbula. Pero Lisandro era más duro, así que llevó su mano izquierda hacia su cuello y lo estampó contra la reja de la entrada, apretando ligeramente la zona.
No iba a rebajarse.
—¿Qué te pasa con mi guacha? —el entrerriano lo interrogó.
—¿Quién? ¿Nicki? —se carcajeó.
—¿De qué te reís hijo de puta? —su agarre se apretó y lo separó levemente de la reja, para volverlo a estampar con más fuerza. Cristian soltó un gemido del dolor.
Sin embargo, no se quedó atrás. Su mano tomó más poder, por lo que ahora apretaba más fuerte la mandíbula del rockero entre sus dedos.
—¿Tu guacha? ¿Desde cuándo Nicki es tu guacha? —volvió a preguntar con la misma sonrisa socarrona de antes.
—Desde siempre —respiró hondo, tratando de calmarse mientras bajaba la vista a sus zapatillas.
—Mira vos. No me dijo lo mismo el otro día.
Lisandro apretó los dientes, volviendo a mirarlo.
—¿Qué te dijo?
—¿Y vos no lo tendrías que saber? Digo, porque sos su noviecito —el cordobés remarcó la última palabra con sizaña, haciendo que Licha sonría.
—¿Qué? ¿Te jode que ande con Nicki? —le preguntó, ahora él disfrutando de burlarse del cuartetero.
—Me jode que ella ande con vos.
Los recuerdos le vinieron a la cabeza rápidamente.
Lisandro lo tenía grabado a fuego en la piel. Como si hubiera sucedido ayer. Como si tuviera una filmación del momento en loop. Como si ese momento le hubiera marcado de por vida.
Recuerda esa cálida mañana de Septiembre, que se sentía más fría que una de pleno Julio. Su pecho hundiéndose en busca de aire al enterarse de la noticia más anunciada que había tenido en su vida. Esas palabras que le habían quemado hasta el alma, y que sabía que morir sería menos doloroso comparado a ese momento.
Se recompuso, tratando de no parecer dolido con lo que Cristian le había dicho.
—¿Te la cogiste?
—Ah, bueno. ¿Vos me rompiste la ventana solo para saber si me cogí a tu minita? —Cristian lo soltó y le empujó, haciendo que suelte el agarre de su cuello.
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QUÉ IRONÍA ೃ⁀➷ Licha Martínez x Cuti Romero
أدب الهواةCristian Romero, más conocido como El Cuti, es un cantante de cuarteto muy reconocido en Argentina y Latinoamérica. Con tan solo veinticuatro años había alcanzado un gran éxito, ganando premios, reconocimientos, muchas ventas de discos y varios show...