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El apartamento de Luzu era acogedor, cada vez que iba una calidez extraña lo envolvía haciendo que todo el peso en sus hombros desapareciera y por unos momentos pensara que todos los problemas de su vida tenían solución, era casi como mágico y si de él dependiera pasaría todo su tiempo en aquel lugar, viviendo en una burbuja de color de rosa junto a sus tiny's, pero eso no era posible, sabia que tenia que volver a su apartamento aunque no le gustara, todas las cosas para su carrera estaban ahí y no podía seguir dependiendo de Luzu cada vez que ocurría un problema en su vida.

— Seguro qué quieres irte,  sabes que no hay ningún problema si te quedas un poco más — la voz preocupada de Luzu le generaba cierta calidez, pero no podía seguir aprovechándose de su amabilidad.

— Sabes que ocupó volver, todo lo que ocupo para hacer mis trabajos está allá y no puedo esconderme aquí por siempre — se colocó su mochila y tomó la cápsula de sus tiny’s que se despidieron del castaño con la mano. 

— Está bien, pero sabes que si pasa algo puedes llamarme, a cualquiera de nosotros, somos tus amigos y nos preocupamos por ti — Luzu le dedicó una sonrisa y Samuel lo abrazó en respuesta — Escríbeme en cuanto llegues —

— Como digas mamá — 

Ambos rieron ante el comentario  y Samuel salió del apartamento sintiendo como esa sensación mágica comenzaba a desaparecer conforme se alejaba, trayendo de vuelta su dolor de cabeza y la presión en su hombro haciendo inevitable que comenzará a jugar con su collar y sus pulseras para intentar aliviar la ansiedad que aumentaba conformé que se acercaba a su apartamento. 

Había estado alternando entre la casa de Luzu y su apartamento los últimos meses ya que por alguna razón su madre había estado insistiendo demasiado en ir a verlo para hablar y pasar algo de “tiempo calidad madre e hijo” lo cual era algo sumamente sospechoso.

Sospechas que no hicieron más que crecer cuando recibió una llamada de su padre diciendo que evitará reunirse con su madre hasta que él se lo indicará.

No pregunto más al respecto a pesar de tener curiosidad, después de todo le alegraba tener una razón para no tener que ver a su madre y con el tiempo había aprendido a no meterse donde no lo llamaban, pero aún con el permiso de su padre para evitar a su madre abiertamente no había sido nada fácil.

Su madre había hecho de todo para poder reunirse con él, desde llamar a su universidad, acosar a sus amigos, esperarlo afuera de la universidad, irrumpir en su apartamento y prácticamente acosarlo cada vez que tenía la oportunidad, normalmente podría manejarlo por su cuenta hasta cierto punto, pero ahora que sus tiny’s habían llegado todo era mucho más complicado de lo que ya era en un inicio. 

Agradecía haber hablado con sus tiny’s sobre todo lo que estaba pasando en su vida y sobre todos los problemas y mierdas que traía con él desde un comienzo, quería que los supieran desde un inicio ya que por más que fueran sus almas gemelas no tenían ninguna obligación de quedarse a su lado solo por eso.

Sinceramente creyó que se irían poco después de escucharlo, pero para su sorpresa los tres se quedaron diciendo que sin importar las circunstancias ellos estarían ahí para cuidarlo, apoyarlo, consolarlo y amarlo, ya que mientras estuvieran juntos no había nada que no pudieran superar.

Tiene que admitir que lloro un poco en ese momento y que constantemente se pregunta si merece unas almas tan buena y aún dudaba de que se quedarían con él para siempre, pero después de haber pasado por tantas situaciones difíciles decidió, por está vez, concentrarse en los pequeños momentos felices que aquel pequeño trío le daba. 

Abrió la puerta de su apartamento pensando en cómo acomodar los trabajos que tenía que hacer, pero lo que vio al pasar lo dejó congelado e inevitablemente comenzó a temblar un poco.

⚞ 𝐌𝐲 𝐭𝐢𝐧𝐲('𝐬) ⚟ ➥Ruwifargetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora