CAPÍTULO 2

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Llamado de una vida pasada.

Cuatro meses atrás...

Un dulce y cálido beso fue implantado en la mejilla del pecoso el cual se mostraba claramente sorprendido por el obsequio que la castaña le había dado.

Esta se separó e inclinó su cabeza un poco mientras veía su rostro cubierto por un tono rojizo.

Izuku: ¡U-Uraraka!, ¡¿Por qué me diste ese beso en la mejilla?!.

Uraraka: Vi lo que hiciste Deku-Kun, trataste de salvar a Todoroki de sus problemas familiares, ¿Verdad?.

Exclamó orgullosa de su amigo mientras se le acercaba nuevamente, ante la sorpresa de ver que su mejor amiga sabía sobre la conversación entre el y Todoroki, Izuku se preocupó un poco.

Izuku: ¡¿Cómo sabes eso?!.

Uraraka: No deben hablar de esos temas al aire libre, todos pueden escucharlos jeje.

Izuku: Bu-Bueno admito que no es lo más inteligente que hemos hecho el y yo.

Sentenció mientras se rascaba la mejilla en señal de incomodidad, este se mostraba derrotado al aceptar su parte de la culpa.

Uraraka: Ire a ver las demás peleas, tu deberías ir a descansar, peleaste mucho e incluso diste la mejor pelea en mi opinión.

Izuku: Quizás tengas razón Uraraka... Iré a descansar un poco, los veré en unos minutos...

Sin más el pecoso se despidió dejando sola a la castaña sin saber que esa sería la última vez que se verían en mucho tiempo.

Este al estar solo dejó de fingir alegría y comenzó a verse triste y a reclamar se a si mismo por la derrota.

Izuku: Maldición... Realmente quería enorgullecer a All Might y decirle al mundo que estoy aquí pero... Todoroki necesitaba de mi ayuda, creo que valió la pena si el termina por aceptarse.

Sin más este partió del estadio...

En El Presente...

Tras completar su misión y mostrarse algo molesto por el comportamiento de aquel joven peli azul, el pecoso regreso a su base donde un grupo de soldados lo veía con odio y temor, había acabado con aquel asesino de villanos de una forma brutal y eficiente como si no fuera humano, como si fuera una maquina o un raro experimento liberado de la moral humana.

En cuanto noto esto la mirada que tenía el peli verde en el rostro lo decía todo, incomodidad, molestia, asfixia, peligro eran las emociones y sensaciones que tenía al llegar de su misión siendo totalmente diferentes a las que el esperaba recibir cuando llegara.

Ciertamente el no esperaba una fiesta pero al menos esperaba un reconocimiento por haber sido el único capaz de acabar de un hombre de tal calibre por su cuenta en cuestión de minutos.

Para su sorpresa la doctora Emilia estaba en el hangar donde había aterrizado su helicóptero, esta fue la única que lo veía con otras emociones, en sus ojos solo había una emoción... Orgullo, aunque ciertamente el pecoso no sabría si esto era por su logro o por el logro de ella.

Dra.Kenji: ¡Lo hiciste fantástico proyecto Orión, cumpliste con todas las especificaciones que se te dieron, esto es realmente maravilloso!.

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