~ N A R R A D O R ~
El día de San Valentín había llegado y Santino había preparado una sorpresa para su esposa, la cual después de tener a su hijo había estado realmente comprometida con la maternidad, además de que Bruno estaba con ellos y debían cuidar de él. Pero ese día Electra había estado de niñera mientras que el hombre se encargaba de llevar a su esposa a una cena romántica en el mejor restaurante, desde que habían regresado de Londres de la boda de los Kirkman y Sofía se había hecho amiga de novia. Entonces habían estado un poco cansados.
Más sabiendo que Sofía estaba trabajando muchísimo ahora que regresaron a la oficina, todo era un cambio que los estresaba, los niños habían hecho que las cosas estuvieran más tensas, ser padre siempre había sido así de estresante, pero hasta ahora lo disfrutaban, solo que se les olvidó un poco el ser pareja y esposos.
—Por supuesto que sí, además, siempre puede llamar a tu madre para que la acompañe y ayude, tu y yo estaremos lejos de la ciudad... —Santino había preparado una gran sorpresa para la mujer así que estaba tratando de convencerla para que dejaran la casa. La primera parada era el restaurante, luego se la llevaría a una pequeña cabaña donde pasarían hasta el sábado.
—Me alegra que podamos hacer esto Santino —Sofía le gustaba pasar tiempo con su esposo, pero el ser mamá le había quitado todo el tiempo que antes compartía con él. Aunque eso últimos viajes que hicieron les ayudó un montón para estar juntos y olvidarse un poco de todo el drama que estaban viviendo ahora estaban de regreso al ruedo—. Muero de hambre, olvide comer al medio día.
Santino respondió con un gruñido, odiaba que la mujer se saltara comida, le hacía recordar cuando ella se enfermó estando con él hace algunos años. Había sido un momento un poco oscuro en su historia y aquello no le gustaba recordarlo.
—Si sabes lo mucho que te amo... —Santino interrumpió la conversación haciendo que su esposa sonriera sin despejar la mirada de su rostro. La mujer levantó una de sus manos hasta el rostro de su esposo. La época seguramente había puesto más sensible a Santino.
—Si lo sé, amore mío —Respondió la mujer—, yo también te amo, muchísimo...
—Gracias por hacerme tan feliz —Santino haría llorar a su esposa si no se detenía con esas palabras tan bonitas—, no sabía lo que era el amor hasta que tu me lo enseñaste...
—Gracias a ti por darme tanto, siento que te he dado tan poco en comparación, no tengo palabras para agradecerte lo mucho que me has dado —Ellos habían pasado por tanto que ahora tanta tranquilidad era poco refrescante para ambos, después de la pandemia y todo lo había pasado con Nicolás, esa tranquilidad era algo que agradecían.
—Te tengo un regalo —Santino había hecho una compra desde hace un tiempo y ahora, finalmente, podría dárselo a su esposa. Era un paquete rosa, ella lo pensó que podría ser un perfume o algún reloj, pero se encontró con un Candy Bong Z. Era el lightstick de su grupo favorito, aunque ella mantenía esos gustos un poco reservados, el siempre le sorprendía con un par de esas cosas que le gustaban.
—¡Oh dios mío! —Le sonrió tomando el lightstick, lo había intentado conseguir, pero siempre estaba agotado y ahora tenerlo en sus manos, la había hecho llorar un poco—. Amore mio, no debiste... Pero gracias, no sabes cuanto he querido esta cosa... —Debía ponerle baterías, pero cuando lo hiciera, se tomaría un par de fotos con su regalo.
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BOSS || #1
RomanceSantino Rinaldi era el típico hombre de negocios que estaba harto de las mujeres fáciles, frente a todos era un hombre frío y sombrío, como si esa fachada era algo para cubrirse las espaldas. Luego de que su prometida lo dejara a un par de días de l...