Capítulo 8: Impuros y Perfectos

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Agustín dormía en su cama, sus sueños llegaban en forma de risas de niños y niñas felices en una especie de plaza, jugaban entre varios, juntos pero alejados, los niños con pelotas mientras se ensuciaban y las niñas con muñecas sobre una sabana impecables, adultos hablando mientras ponían un mantel en una mesa grande de madera, una vida ordinaria y aburrida según Agustín pero él cada vez se acercaba más hasta que su sueño cambio.

Marcos estaba en la puerta de la habitación del joven Brujo, traía en su mano un reloj de arena, entró y lo volteó el tiempo se había congelado pero solo para Agustín él dejo el artefacto en la mesa de luz y se sentó junto a él, lo miraba de una forma no muy agradable.

El observó que él traía un pequeño short azul y una musculosa básica gris oscura, estaba dormido de lado, dejando a la vista sus perfectamentes dibujados glúteos, lo lleno de deseos impuros, se pregunto porque era tan complicado entenderlo, tan amable y egocéntrico a la vez, acercó su mano a su hombro descubierto y deslizo sus dedos sobre el, continuó su camino, sus dedos pasaron por su lado derecho sobre su ropa hasta llegar a su cintura que estaba descubierta podía ver su piel ya que su remera se había levantado un poco.

Al tocar su cintura sintió una textura diferente, observó sus dedos y era maquillaje, así que rápido hizo aparecer un trapo y agua, lo mojo y lo paso por su cadera, el maquillaje salió y pudo ver una extraña cicatriz en su piel, parecían tres rasguños de un animal, pero elimino esa idea de inmediato, había sido un demonio y no los de la prueba pasada ya que todos eso se habían curado cuando los demonios fueguinos volaron.

Era antiguo parecía una marca, los demonios suelen marcar a personas importantes, él sabía muy bien sobre eso, así que él fue elegido de nacimiento como Brujo era uno de los X, eso explicaba su devoción y aprendizaje veloz, pero no del todo, vio que el reloj se estaba terminando así que se dispuso a salir rápido de la habitación.

Agustín se despertó.

- Marcos - lo llamó aún algo dormido y el Gran Mago volteó

Él se levantó de la cama y el dueño del orden y desorden se acerco a él joven Brujo.

- ¿Qué quieres hacer aquí? - preguntó él

- Solo vine a dejar una nota que les doy a todos lo alumnos del Instituto - mintió para no ser descubierto

- Esa no fue mi pregunta - dijo él con una sonrisa y se acerco a Marcos, hasta tenerlo a una corta distancia

Agustín agarro la mano de Marcos y la puso en su cadera hizo que el lo tocara, poco a poco la llevo más hacía arriba por su abdomen, le sonrió seductoramente, él lo observaba atentó, él llevo su mano ahora hasta el borde de su short azul bajando un poco más en dirección a su miembro que se mostraba estar duro. Necesitado de su tacto.

- Se que lo quieres Marcos - le dijo lambiendo sus labios provocandolo presionando su mano para que lo sienta para que lo desee

Marcos quito su mano y tomo con ella el cuello del joven Brujo apretó fuerte.

- No quiero tus juegos Guardis - se había enojado, estaba comenzando a asfixiarlo

Agustín se despertó de la cama, sobresaltado, tocó su cuello pero no tenía nada. Marcos había logrado salir rápido antes de que él se despertara y al estar afuera escucho que él había despertado, así que solo se fue del lugar sin que nadie lo viera.

Agustín estaba muy confundido, porque había soñado eso, se sintió tan mal porque de verdad deseo que el principio del sueño donde Marcos lo tocaba fuera real, pero pensó que estúpido, como podían pasar esas ideas por su mente y encima con el Gran Mago, ¿lo deseaba?, no quería responder esa pregunta, era obvio que él era un hombre respetado bueno solo tenía 23 años y él 20, no estaban tan alejados de edad.

Noche de Deseos ~ Margus.. Agustín Guardis/ Marcos GinocchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora