México Lindo y Querido

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Claro que la noticia causó un profundo impacto en los mexicanos.

La muerte del charro cantor, produjo una tristeza en muchas personas, pero el hecho de que hubiera fallecido en otro país, era peor.

Cuando llegaron los restos a México, fue un poco como le dijo Pedro. No era un fiesta, pero todos lo veían llegar o lo escuchaban en la radio. Además habían mariachis y cantaron (junto a los admiradores y demás) la canción de México Lindo y Querido.

Esa canción se había vuelto una realidad y en ese momento dolía muchísimo. Esa canción se volvió un símbolo mexicano.

Para el funeral, estaban bastantes personas que le tenían mucho aprecio al Charro Guanajuatense.

Estaba su esposa obviamente, algunos familiares, su hija Diana, algunos amigos y por supuesto, Pedro. También estaba Mario en representación del sindicato, cosa que le molestó mucho a María.

Afuera del lugar, se encontraban muchos fanáticos que lloraban la muerte de su ídolo, cantaban sus canciones a coro y lo aclamaban.

Por un rato, algunas personas se acercaron al féretro y se quedaban ahí un rato, ya fuera viéndolo nomás, o se despidieron.

La primera fue la doña y todos ahí escucharon las tristes palabras que le dedicó. Después se iban parando de uno por uno y Pedro esperó un poco para acercarse.

Estando ahí, sintió su corazón todo apachurrado al ver al féretro. Jorge vestía uno de sus habituales trajes de charro y no tenía el tono amarillo en la piel que tenía en sus últimos días de vida. Realmente si parecía dormido.

Ahí y con todo el dolor en el corazón, dijo lo siguiente en voz muy baja:

-ay Don Jorge, mano como usted me decía. Usted es la persona más fuerte del mundo, verá como resistió -le dijo con una sonrisa triste -. Usted sabe lo mucho que lo quiero, se lo dije cientos de veces...

Ahí la voz se le comenzó a quebrar, indicando que no faltaba mucho antes de que se quebrara por completo. Sin embargo, lo ignoró.

-nos conocimos hace poco, y aún así pos nos hicimos bien amigos. Es que usted es increíble, no sabe como lo admiro. Lo voy a extrañar un chorro, tanto que no tengo idea de como voy a salir adelante sin uste'. Por favor, me hace un lugarcito ahí donde ande. Lo quiero, lo amo mucho.

Y se alejó después de eso, traía unos lentes negros para ocultar su ojos precisamente por ese tipo de cosas que lo ponían muy sensible.

-oye Pedro. ¿No quieres ayudarnos a cargar el féretro?

Y ni siquiera dudó para decirle que si.

La marcha fúnebre pues fue deprimente, al igual que todas las marchas fúnebres. Los fanáticos coreaban sus canciones y vitoreaban su nombre.

Del entierro no hay mucho que decir, sus más cercanos hecharon cada uno un puño de tierra.

Ahí se quedaron una media hora, dedicando palabras recordando lo buena persona que era y el carácter tan fuerte que tenía.

Ese día se declaró un luto nacional y en todas las cinetecas del país se hizo un silencio de 5 minutos para honrar al actor.

Después de ese día, aún siguieron unos días los honores en honor al actor, especiales en la radio, películas suyas en las cinetecas, sobretodo en su natal Guanajuato habían muchos honores.

Desgraciadamente, la muerte de este actor fue una de las cosas que comenzaron el fin de la época de cine de oro mexicano. Comenzaron a haber muertes trágicas de otros grandes actores, como la de la bella Miroslava Stern...






Pasaron un par de días y en realidad Irma pensó que Pedro andaría deprimido y así pero no.

Parecía igual que siempre, pero solo parecía.

-ay es que yo lo veo más apagado. No tiene la chispa que tenía antes.

-¿En serio Irma? Yo lo veo igual que siempre.

-no se, me da esa impresión -reconoció con un gesto de preocupación.

Amor ranchero, por Pedro Infante y Jorge NegreteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora