Te echo de menos, Hermanita (parte 2)

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- Pasajeros con destino al cielo, quedan 5 minutos. Disfruten del viaje.


Oír esas palabras, para mí fue un total desagrado. Lo único que se lograba ver a través de esas diminutas ventanas, eran nubes, unas nubes cargadas de agua que anunciaban que dentro de poco llovería. Pero solo en la tierra. Aquí como he dicho anteriormente, solo hay sol.

El tren era muy amplio, y de un color pastel, solo había un vagón, un único vagón, pero era lo suficientemente grande como para caber una región. Blake estaba sentado enfrente mío con los ojos cerrados, supongo que durmiendo, aunque él dice que solo los cierra porque no quiere ver el trayecto hacia arriba, ya que le da vértigo, cosa irónica. Hace cosa de 3 minutos que esa desagradable voz a anunciado esas palabras. Yo, sigo recostada en el asiento con la cabeza apoyada en la ventana, aunque es diminuta, las han puesto bastante abajo para poder disfrutar del viaje.

- Pasajeros con destino al cielo. En segundos llegaremos.

Al acabar de oír esa voz, me dispuse a llamar a Blake, aunque se veía tierno, debía de hacerlo, ya que sino volvería otra vez a la tierra y no podría venir hasta mañana bien temprano. Aunque pensándolo bien era buena idea, así no lo soportaría.

Ya hemos llegado, despertar a Blake fue un gran reto, pero el de ahora era aún mayor. Nos encontrábamos escondidos detrás de unos matorrales al lado de la casa, estábamos ideando un plan, más bien era Blake el que pensaba yo mientras tanto contaba las flores que habían por los alrededores.

- Luz, ¿me estas escuchando?- me pregunto Blake por milésima vez, creo.

- Mmm...- le dije mientras lo miraba con indiferencia.

- ¿Me has escuchado?- volvió a preguntar.

- Que no pesado- le dije después de tanto insistir un poco cansada.

- Te lo repetiré una vez más, si no me escuchas es tu problemas, quedas advertida.

Asentí con la cabeza.

- En esta "casa" hay una puerta trasera que da a las escaleras del bloque B, es decir de vuestro bloque, iremos los dos juntos por ahí, iremos a tu habitación y yo a las 21:45h de la noche me iré, antes de que protestes, me quedo en tu habitación, porque a partir de esa hora los vigilantes se irán a descansar y cambiaran el turno por los otros que empiezan a las 20h.

Asentí con la cabeza aunque estaba un poco desconcertada.

- Vamos.

- Vamos.

Me sentí como en la película de bajo la misma estrella.

Una vez pasar los arbustos y llegar a la puerta, nos adentramos a su interior, el plan salió a la perfección, algunos guardianes descansaban y otros comían, por lo tanto pasar por ahí fue pan comido. Aunque me sorprende, ya que Blake anteriormente había dicho que habían más guardianes. Por suerte al llegar a la habitación Angie no estaba, en su lugar había una nota escrita por ella.


Luz, esta noche no estaré no vendré a dormir, mañana te cuento todo, nos vemos en el desayuno en donde ayer. Mil besos XX Te quiero.


Ángela

Oh genial, estaremos solos hasta las 21:45h. Todo perfecto.

- Y bien, ¿qué vamos hacer?- pregunto Blake mientras se sentaba en mi cama.

- Yo ducharme, tu no tocar nada- dije sonriéndole.

- Genial, voy a dormir ¿vale?, tu dúchate tranquila - me dijo coqueteándome.

- Idiota.

Fui al armario y cogí una ropa cómoda, ya que como esta Blake no voy a ponerme el pijama. Es infantil, muy infantil. Al acabar me dirigí al otro armario pequeño para poder coger la ropa interior, después de dudar un tanto opte por coger una negra con puntos blancos, tanto como en las bragas, que en el sujetador. Una vez cogido todo eso me dirigí a la ducha, abri el grifo y deje que el agua se calentara, al cabo de 2 minutos, me introduje a dentro y deje que el agua sacara todas mis impurezas. 30 minutos después, duchada y arreglada me dispuse a salir.

Mis ojos daban de si, Blake estaba mirando mi ropa interior.

- Bonita ropa interior, topitos.- me dijo mientras miraba detenidamente la ropa que llevaba en las manos.

Tengo más de un conjunto de ropa interior de topitos.

- Insoportable, idiota e imbécil- dije mientras le pegaba pequeños puñetazos en el brazo- No te han dicho que no se ha de mirar la ropa interior de las mujeres- le dije con la voz entrecortada a causa de tanto esfuerzo por pegarle.

- Si Topitos, sí que me lo han dicho, pero ha sido muy tentativo, es como si este pequeño armario me llamara y dijera; Blake, ven a mirar la ropa interior de Luz- dijo haciendo voz de robot.

No pude contener una pequeña risita.

- Eres idiota.

- Sí, yo seré idiota, pero yo no soy la persona que está encima de otra insinuándose.

Si, con todo este lio de pegarle y de enfadarme, acabe encima de él estirados en mi colchón.

Volveré PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora