Feliz de no vivir

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Capítulo 1 Feliz de no vivir

Estoy sola, sola, muy sola. Mi mundo se derrumba pero nadie lo nota. Sola. Muy sola. Quiero estar tranquila. Tranquila y acompañada. Pero nadie quiere. ¿Por qué? ¡Dime porque! Estoy desganada, desganada y sola. ¿Vienes conmigo? ¿No quieres? ¡¿Por qué?! ¡Dime porque! Da igual no pasa nada, estoy acostumbrada. Mi mundo cae y nadie lo nota. Me mantengo fuerte. Me tengo que mantener fuerte. Pero ya no quiero seguir aquí. Sola. Desganada. Y sin nadie. Quiero huir. Tengo que huir. Pero no lo hago. La habitación esta vacía y sola, como yo.

Suicidarme. Suicidarme. Pero no. Estoy sola y desganada. Pero me mantengo fuerte. Fuerte. Fuerte. Repito en mi cabeza. Pero la idea del suicidio la supera. Quiero coger la cuchilla. Mi cabeza me lo dice, pero mi cuerpo no reacciona. ¿Por qué? ¿Por qué no quiero matarme si estoy sola y sin nadie que me ayude? ¿Tú lo sabes? ¡Ayúdame! Ayúdame por favor. Ayúdame a salir de esta miseria. Lloro. Lloro. Mis lágrimas caen.

El primer corte está hecho. Con el segundo basta para morir. Morir. Morir. Un poco más abajo, dice mi cabeza. Hazlo, tú puedes. Pero no quiero. Mis manos hacen lo contrario. Y lo logran. Cortan. Y vuelven a cortar. Me desangro y mientras recuerdo mi vida. Vida. Lo que tenía antes. Lo de ahora no lo es. Mi familia, la echare de menos. Pero quiero morir. Y ya lo he hecho. Los recuerdos siguen. Fluyen en mi cabeza como la cascada de un rio. Pero ya lo he hecho y no hay marcha atrás. Dejo mi vida anterior, a mi único amigo y a mi familia. La que ha estado ahí pero que no se ha dado cuenta de nada. Mi alma ha salido y me veo recostada en el suelo que yace lleno de sangre y a mi madre llorando con mi padre. Suspiro y le toco la cara con mi mano, lo nota. Lo sé, porque se estremece. Mis últimas palabras. Aunque sé que no me escuchan. Os echare de menos. Os quiero. Lo siento.

Ya estoy en el cielo, es mucho mejor que la tierra. Colores vivos. Muchos colores vivos. Hay gente de toda clase y de todas las edades, sonriendo y jugando como si estuvieran vivos. El cielo es mucho mejor, de eso estoy segura. Miro para abajo a través de las nubes. Veo muchas. Muchas ambulancias. Me llevan a mí. Pero tapada. Estoy muerta. Mi familia llora desconsoladamente. Pero son lágrimas falsas. Falsas lágrimas. ¿Cómo lo sé? Simple. Se hubieran dado cuenta de mis problemas. Pero no lo hacían. Estaban ocupados pensando en ellos mismo. Como egoístas. Egoístas sin corazón. Pero ya da igual. Estoy feliz. Feliz de no vivir.

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