IV

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El mayor se retiraba la larga bata médica, mientras el menor miraba hacia abajo, sintiéndose repentinamente acalorado.

Hyung...— sus mejillas se pintaron en rojizo al sentir la cama hundiéndose por un poco de peso extra.

—¿Te estabas divirtiendo mientras pensabas en mi, cariño?— ni siquiera lo estaba tocando, pero Jaeyun pudo sentir su erección crecer lentamente bajo aquella almohada.—Te veías muy entretenido mientras brincabas, ¿Sabes qué es más divertido que jugar solo?— el menor aún con la cabeza baja negó.—Jugar en compañía.

Delineó el rostro del menor hasta dar con su mentón, subiéndolo hasta que ambas miradas se encontraron y seguidamente juntó sus labios recibiendo un jadeo sorprendido.

Sostenía la mandíbula de Jake, besándolo rudamente mientras Jake hacía su mejor intento para seguir el ritmo del beso.

Separó bruscamente ambas bocas, para atacar el cuello del australiano con una mano traviesa paseándose a través del torso de Jake, apartó parte de la camiseta abierta, terminando por quitarla y aventarla en algún lugar de la habitación, pudiendo por fin acariciar el cuerpo desnudo de su menor.

Jake no sabía que hacer, quería creer que era uno de sus sueños húmedos más realistas, pero sentir la boca del mayor mordiendo, besando y lamiendo su piel le hacía saber que era real.

Le hacía saber que Heeseung lo había visto masturbándose y ahora estaba por cumplir sus fantasías y cogerlo.

—Heeseung hyung... ¿Jugarás conmigo?— hubiera deseado que su voz no saliera avergonzada y tímida.

—Sí pequeño...— habló el mayor con un tono excitado.—Vamos a jugar juntos.

Jake juró que pudo haberse corrido con solo escucharlo, él no era un experto sexual, pero tampoco era un estúpido.

—Lindo... ¿Qué tal si te pones en cuatro? Déjame ver ese lindo culo.

Soltó un gemido de sorpresa y acató aquella orden, su vergüenza regresó al darse cuenta de que su izquierda aún sostenía el dildo transparente.

Pensó en aventarlo en alguna esquina, pero fue arrebatado de su mano.

—¿Cuánto tiempo has tenido esto acá?

—Yo... uh, no-no lo sé.— mintió.

Sintió una mano golpeando su nalga derecha, jadeando al instante.

—Esa no es la respuesta que quiero, Yunnie.— Jake realmente pensaba que podía correrse como un quinceañero inexperto.

—No recuerdo.— otro golpe en la nalga opuesta.—¡Ah~! H-Hyung no...

—¿No que, cariño?

—No puedo a-acordarme.— un gemido más se escapó de su garganta al sentir una nalgada más.

—Sigues sin darme una buena respuesta, pequeño.— dejó caer su mano nuevamente sobre la nalga derecha del menor.—A nadie le gusta jugar con los niños que se portan mal.

—N-no... por favor, hyung.— sentía su trasero arder, seguramente rojizo, y que el mayor siguiera repartiendo azotes en sus nalgas lo hacían querer llorar de placer.—¡Ah~! ¡Meses!

—¿Cuántos?

Parecía que quería jugar con su poca cordura.

—¡Muchos, hyung!— otro azote cayó en su trasero.—Mgh... mu-muchos de v-verdad.— sin embargo seguía siendo una respuesta incorrecta para el mayor.—Agh~ bas-basta, por favor.

Let's play together ¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora