Capítulo 3

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¡La peor noche de su vida!

No concilió el sueño lo que quedó de la noche, porque Hope lo atormentaba, o al menos su imagen lo hacía, ni siquiera sabía porque se soño besándola, más importante aún, no sabía porque sentía ganas de que fuera verdad.

Ella era una intrusa en su vida, una intrusa en sus sueños... Y una intrusa en su ¿armario?

Sus cosas, la mitad de sus cosas, no estaban en su armario. Las cosas de Hope reemplazaban las faltantes suyas.

—¡Hope!

Grito Ryan, sosteniendo la puerta del armario. La castaña se despertó debido al gritó y levantó la cabeza confundida.

Al menos ahora llevaba una toalla. Pensó.

—¿Que sucede? —Cuestiono sin entender

—¿Que hacen tus cosas en mi armario? —Pregunto molesto. Señalando hacia el interior del armario.

—Es dónde tienen que estar. Es el armario principal. Deberías estar agradecido que aún deje la mitad de tus cosas. —Explico con simpleza.

—irrumpes en mi vida, en mi departamento, en mi cama. Ahora también en mi armario. ¡Hope Mikaelson vete, de mi vida!

Grito furioso. Hope se levantó rápidamente igual de molesta no le importaba seguir desnuda. Estaba tan molesta de que el creyera que ella estaba disfrutando todo eso. Cuando era lo opuesto.

Fue directo a él, dispuesta a encararlo. Aún que debido a la diferencia de alturas, Ryan tuvo que mirar hacia bajo y Hope elevar Ligeramente la vista.

Un jalón en el pecho de ambos, los dejó estáticos, como suspendidos en el aire. Ninguno supo cuánto tiempo pasó, lo cierto es que sus ojos se conectado de una manera única,  Ryan literalmente se sintió atrapado por la marea azul de sus ojos, y algo que no logró definir lo mantuvo así, mirándolos fijamente

Hope estaba demasiado perdida en los ojos de Ryan, parecían más claros esa mañana. Cómo dos lagos de miel, mientras el día anterior parecían dos estanques color chocolate. Fueran del color que fuera, eran hermosos, y cautivantes. Algo más de él atrajo la atención de Hope, sus labios Ligeramente apretados debido al mal humor del chico lo hacían lucir tan sexi, con un gesto tan simple como ese.

Solo por un instante, se imaginó besándolo.

¿Besándolo? Claramente estaba perdiendo el juicio.

Ryan rompió el contacto visual, algo nervioso. Perderse en los ojos de Hope hizo que su ira desapareciera, pero solo lo reemplazó otro sentimiento, uno que ni siquiera conocía.

—No creas ni por un momento, que disfruto nada de esto. Soy la primera en querer irme de aquí. Podría ahora mismo estar en cualquier parte del mundo, durmiendo en mi propia cama, teniendo un armario solamente mío, y sin arruinarle la vida a nadie.. ¡Así que no pidas que salga de tú vida, cuando es lo único que he querido hacer desde que te conocí!.

Grito frustrada, una lágrima traicionera rodó por su mejilla, Hope le dió la espalda rápidamente a Ryan, para que no lo notará. Pero fue inútil. Él ya se había dado cuenta.

Sintiéndose como un idiota, porque sabía que era cierto todo lo que dijo, ahora solo quería disculparse, pero era demasiado orgulloso para admitirlo. Se pasó la mano por su desordenado cabello, pensando en que decir.

—Hablare con Elijah, talvez pueda convencerlo de que te vayas a vivir a otro lado.  —Fue lo único que atino a decir.

Con un tono de voz mucho más calmado, ahora que se sentía tan culpable como si fuera él quién la obligaba a estar viviendo a su lado.

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