Capítulo 24

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Caminando por los pasillos de regreso se encontró con el lunático siendo escoltado por un caballero.

El príncipe al que le faltaban muchos tornillos.

Cale forzó una sonrisa mientras se acercaba al loco.

Que mala suerte la suya.

Estando frente a frente, Cale se inclinó hacia el lunático y saludó cordialmente. Después de todo, le faltarán tornillos o no, era un príncipe.

"Buenas noches su alteza, espero que se encuentre bien en esta velada".

Cale levantó la cabeza y miró los rasgos del príncipe, sin duda alguna, era apuesto, al parecer todos los personajes lo eran, lastima que eso no le quitará lo loco, Cale hasta sintió pena por Amiru que tendrá que enfrentarse con este sujeto.

Hasta donde sabe, la relación de Adin y Amiru comenzó con una simple rivalidad entre personajes, Adin si que codiciaba lo que otros tenían, a pesar de tenerlo todo, nunca era suficiente para él, también recuerda leer que de alguna forma retorcida Amiru logró llenar un extraño vacío en Adin.

En fin, solo cosas retorcidas del lunático.

El príncipe lo miró de pies a cabeza como si estuviera analizando cada movimiento o respiración, como si Cale fuera una molestia en su paso, hizo que Cale se incomodara.

Cale sintió más presión de esos ojos que de los ojos dentro de la fiesta, esos ojos no eran normales, eran demasiado fríos para su gusto, ni siquiera los que lo llamaban basura lo miraban así, sintió que podría ser sumergido y asfixiado en esos ojos si no se apresuraba en escapar de ese terrible encuentro.

El tiempo se hizo largo esperando una respuesta que no llegaba, de modo que se apresuró en salir de ahí.

"Lamento molestarlo con mi presencia, espero que disculpe a este ciudadano del reino Ruano, si me permite, dejaré de estorbar en su camino".

Cale hizo otra pequeña reverencia y con pisadas lentas se hizo a un lado disimulando abrir el camino para el príncipe.

El loco ni siquiera respondió a su saludo, parecía con prisa, Cale no tenía por qué quedarse si así era.

No dió ni tres pasos y una mano sujetó su brazo.

El mundo de Cale pareció derrumbarse cuando vio quien lo agarraba.

"¿Son así de descorteses todos los nobles de Roan?"

De alguna forma, la mano de Adin llegó hasta él.

Una corriente de miedo atravesó a Cale viendo que el caballero del lunático desenvainó su espada.

Genial, el loco estaba rodeado de locos.

Por unos segundos su alma escapó de su cuerpo dando un viaje astral.

Hasta que su alma volvió cuando el caballero caminó peligrosamente hacia Cale.

"No te di ninguna orden".

La voz de Adin detuvo a ese caballero.

"Lo lamento, su alteza".

El caballero se disculpó rápidamente con Adin, ni siquiera con Cale, pero un poco de alivio llegó a él cuando lo vio guardar su espada.

Cale miró el rostro molesto de Adin.

Fue el momento en el que su cerebro comenzó a trabajar de todas las formas posibles.

¿Qué excusa podría dar?

TRAVESÍA FLOREADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora