"En Hollywood te pagan mil dólares por un beso, y cincuenta centavos por tu alma" -Marilyn Monroe
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Hollywood es el sueño de muchas jóvenes talentosas, pero llegar a la gran pantalla o tan solo camina...
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El cielo estaba más estrellado que nunca, un mar de brillo color plateado, un paisaje tan deslumbrante como ella, luciendo fabulosa en aquel vestido dorado que hoy se consideraba una reliquia de Hollywood.
Era la noche más importante de su vida y todo debía ser perfecto; lo hubiera sido, de no por los nervios que la invadieron, ocasionando que vomitara sobre sus Jimmy Choo.
Crystal había elegido vestir con el precioso vestido que su abuela le había heredado, las mismas joyas, el mismo peinado elegante, y el mismo maquillaje natural que resaltaba sus grandes ojos azules. Cuando se miró en el espejo, se quedó sin habla. Fue como ver una fotografía de su abuela en su primera noche de estreno. Al instante rompió a llorar y su maquillista corrió al rescate, la regañó por aquella falta de recato y le imploró que no derramara una lágrima más sobre su perfecta obra de arte. Si Joco la mirara ahora, con los zapatos arruinados y el rostro sudoroso, estaba segura que pegaría el grito en el cielo.
Antes de bajar de la limusina, Crystal cerró los ojos y recitó su mantra: "OH, AMADA MARILYN MONROE, DAME FUERZAS ESTA NOCHE PARA NO DESFALLECER. DULCE BRITTANY MURPHY REGÁLAME TU SONRISA. HONROSA SHARON TATE, DAME CONSUELO PARA NO PERDER LA CORDURA."
Entonces, su grupo de estilistas se puso manos a la obra y arreglaron cada detalle de su outfit para hacerla lucir de nuevo como la estrella de cine que era.
Ahora solo tenía que hacer la entrada perfecta, y mantenerse centrada toda la noche, sin que nada la afectara. Sería un infierno, lo sabía, aquel era su primer evento oficial como actriz y no estaba segura de poner mantenerse firme sobre aquellos zapatos con olor a vómito. Además, estaba ella. Bárbara García, la razón por la que Crystal se sentía insegura. Ella ya había llegado a la alfombra roja, lo sabía por los comentarios que le llegaron en las redes sociales, donde resaltaban lo despampanante que se veía. Se apareció con un vestido de encaje transparente, que resaltaba cada uno de sus atributos de maravilla, ondas sueltas en su cabello azabache y un maquillaje digno de una estrella. En comparación, Crystal no creía lograr gran impacto; no obstante, se equivocó completamente.
Y es que, cuando Crystal pisó la alfombra roja todos los flashes fueron para ella.
"No puede ser, ¿están viendo lo mismo que yo...?", murmuraban a sus espaldas. "¡Pero si trae el vestido que usó Adelis Dallas en su primer estreno!". "Luce bellísima". "Simplemente..."
—...Deslumbrante —le dijo uno de los actores del reparto al oído, guiñándole un ojo —. Estás encantadora, Crystal. Es como si tu abuela hubiera salido de su tumba y reencarnara en ti.
Crystal se sonrojó con aquel comentario, no solo porque venía de uno de los actores más guapos de su generación, sino porque era aquello lo que ella esperaba que todos pensaran cuando la vieran. No por nada había optado por dejar de lado el apellido de su padre y de su madre, y usar el apellido de soltera de su abuela. Deseaba que todos vieran a Adelis Dallas cuando la tenían enfrente, y que creyeran que sería igual de exitosa que ella.
